Game Over

Un dramón que desaprovecha su estelar reparto con un guión tosco y una burda manipulación emocional

Consecuencia: la película salva los muebles a duras penas cuando en la pantalla aparece profesionales solventes (aunque uno se pregunta qué vieron Norton, Winslet, Mirren o Peña en el guión para decir que sí, aparte del cheque) y se viene abajo cuando el peso de la función recae en Smith. Con un leve parecido con el clásico de Frank Capra El secreto de vivir, en la que gente sin escrúpulos intentaba demostrar que Gary Cooper estaba como una cabra para quitarle sus derechos, Belleza oculta solo funciona en momentos puntuales (las amargas conversaciones entre Norton y su hija, el reencuentro sentimental de Peña en estado terminal...), cuando las subtramas aplazan la invasión de excesos lacrimógenos, que, cuando llegan, arrasan con todo por la tosquedad del acabado y las salpicaduras de sus pretensiones de realismo mágico.

Compartir el artículo

stats