Crítica / Música

Purismo heterogéneo

Nuria Rial es una gran instrumentista de la voz, pero su nula dicción claramente vació de contenido los recitados

Concierto inaugural de la IV Primavera Barroca ovetense con la formación "Accademia del Piacere", liderada por el sevillano de origen sirio-palestino Fahmi Alqhai, un conjunto instrumental muy atractivo por el nivel de lucimiento de corte virtuosístico mostrado y peculiar, compuesto por dos quintones -híbrido entre violín y "pardessus de viole", violón, guitarra barroca, viola de gamba y clave-. Bajo el título "Muerte a cupido", ofrecieron un repertorio algo heterogéneo pero con una clara articulación en torno a la figura del gran compositor español Sebastián Durón (1660-1716) -el pasado año se cumplió el tercer centenario de su muerte-, del que se interpretaron seis de las trece obras del programa. Sus composiciones no están pensadas para ser tocadas con quintones sino con violines, de ahí lo de la peculiaridad de una instrumentación que podría haberse variado en función de los autores o, también, por puro enriquecimiento textural. Siempre con brillantes intervenciones instrumentales, desde la reconstrucción actual de la sinfonía "Muerte en amor es la ausencia" de Durón hasta las improvisaciones sobre xácaras, folías, marionas o canarios, algunas de ellas creaciones actuales del propio Fahmi Alqhai, tendieron al virtuosismo, recreado con mucha libertad.

Destacó el propio Alqhai, pero también especialmente Miguel Rincón a la guitarra. Javier Núñez al clave -impecable en los solos-, Rami Alqhai al violón, Rodney como segundo quintón y Johanna Rose con la viola de gamba cumplieron extraordinariamente bien su cometido en el conjunto.

Nuria Rial es, sin duda, una de las sopranos especializadas en repertorio barroco más destacadas del panorama español. Su timbre es muy bello, claro y cálido al mismo tiempo, su canto "legato" redondeado, muy dulce, fluye con natural, y su afinación es impecable, realmente es una gran instrumentista de la voz. Brilló en todos estos aspectos en las arias, y todas estas cualidades fueron sus armas. Además, transmite en expresividad y domina el control de la dinámica, pero claramente vació de contenido, muy especialmente, los recitados. La razón es obvia para cualquier oyente, su no ya poco clara, sino nula dicción, lo que no sólo va contra la esencia del recitado, sino contra las bases fundacionales del canto barroco. Hay en ella una instrumentista vocal de enormes cualidades, pero, lamentablemente, no se puede hablar de canto barroco si se canta un texto casi exclusivamente vocálico que resulta ininteligible para el oyente.

No obstante, la hora y cuarto de Barroco musical se disfrutó enormemente. Por cierto, las notas al programa deberían ir firmadas, ¿o, como la cantada "All'assalto de pensieri", también son anónimas? La escucha de fragmentos de importantes zarzuelas barrocas españolas del más alto nivel está muy bien, pero, así como la temporada de ópera ovetense -se han necesitado décadas para ello- ha incluido acertadamente ópera barroca, para cuándo en la temporada de zarzuela ovetense se va a hacer lo mismo con lo mejor del Barroco español. Es la única forma de valorarlo en su justa medida. Estará muy bien el intento de ampliar la zarzuela en la actualidad con una obra de encargo -la realidad es que ya no se escriben zarzuelas-, pero mucho más importante sería el verdadero rescate de algunas obras maestras de autores que merecen el reconocimiento actual y que se pasan, en el mejor de los casos, que se cuentan con los dedos de una mano, fragmentadas por pequeños escenarios.

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