Crítica / Música

La plena madurez de Cecilia Bartoli

Un alarde correspondido con cierta frialdad

Realizar un viaje a través de 400 años de música italiana en dos horas podría sonar demasiado ambicioso, pero se trataba de Cecilia Bartoli. El programa de mano, modificado ligeramente a última hora, recogía una selección de obras pertenecientes a varios estilos musicales sin profundizar sobre ninguno en concreto, la dificultad radicaba en evitar la uniformidad.

Entre la selección que la mezzo italiana propuso en la tarde del jueves, figuraban algunas de las arias que más fama le han dado en su carrera junto a otras nuevas incorporaciones. Bartoli ha demostrado siempre ser una mujer inquieta, curiosa en lo que a música se refiere, y hace tiempo ya que ha dejado claro que el repertorio canónico imperante en los teatros y salas de conciertos se le ha quedado pequeño.

Bartoli es una cantante inteligente, en plena madurez. Sabe muy bien qué obras se adaptan a su voz. En la primera parte del recital, destacó muy especialmente el carácter tan íntimo que confirió a "Selve amiche" de Caldara. Hizo en ella gala de una técnica ejemplar y un fraseo exquisito, muy delicado, que se hizo extensible a toda la velada, cuidando mucho las dinámicas. Cabe destacar especialmente el pianissimo que utilizó en algunos momentos, sonoro y bien proyectado, que conseguía llenar la sala.

Mención especial merecen "Lascia la spina", todo un alarde de musicalidad por parte de Bartoli, que sabe encontrar la esencia a cada una de las notas que aparecen en esta página. La versatilidad fue otro de los puntos fuertes de la intérprete italiana. En la canción "Cara ti voltio tanto bene" supo modular su voz de una forma maravillosa. El registro más agudo se resintió en algunas notas puntuales, y en la balada de Modugno, "Nel blu dipinto di blu", su versión pecó de ser demasiado comedida en lo que a potencia sonora se refiere.

Antoni Parera es un gran pianista, y fue un muy buen acompañante para Bartoli. Supo arropar su voz en todo momento, atento a todos sus gestos. Destacó especialmente por la novedad "T´estim i t´estimaré", compuesta por el mismo Parera.

Quizá fuese por la escasez de arias conocidas por el gran público o por el empleo de una línea vocal más lírica y un poco menos virtuosística de lo que acostumbra, pero su acogida fue algo fría en general, el público aplaudió continuamente, pero no en la medida en la que la interpretación de Bartoli y de Parera lo merecía. No todas las proezas en el canto vienen por la agilidad vocal, a veces menos es más.

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