Antonio Rico

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Antonio Rico

Reptiles en la peluquería

"La Pelu" es el cerebro reptiliano de la televisión. Como saben, durante la evolución animal las nuevas estructuras no sustituyen a las antiguas, sino que se limitan a ponerse encima de ellas. El cerebro de los primeros mamíferos no reemplazó al de los reptiles, se superpuso a él. Y las estructuras cerebrales más avanzadas, propias de humanos y otros primates, tampoco desplazaron al cerebro anterior: lo rodearon con un envoltorio lleno de pliegues. Los avances tecnológicos no funcionan así; el teléfono fijo acabó con los telegramas y el teléfono móvil acabó con el teléfono fijo. Pero en el edificio de la evolución se envían señales de humo en el primer piso, hablan por teléfonos de baquelita con dial en el segundo, chatean por Messenger en el tercero, charlan por Skype-3D en el cuarto, y todos se llevan muy bien entre sí. En biología, lo nuevo no sustituye a lo viejo, se limita a ponerse al lado. En televisión, también.

Por eso, "La Pelu" siempre existirá por mucho que HBO nos ofrezca "Westworld" o Netflix emita la T14 de "Padre de familia". Los ganglios basales, el tálamo y "La Pelu" se encargan de todas las funciones que compartimos con los cocodrilos y las tortugas: respuestas estereotipadas, absolutamente prefijadas y repetitivas respecto de situaciones elementales de la vida asociadas a la supervivencia y el apareamiento. Toda la crítica ha coincidido en señalar lo anticuado de la nueva apuesta con la que Televisión Española busca cubrir el hueco que deja la tregua que Cárdenas nos da durante el verano, pero calificar "La Pelu" como anticuada es quedarse corto. "La Pelu" no es anticuada, es arcaica, paleozoica, reptiliana, y, si me apuran -venga, apúrenme, apúrenme, que tengo ganas de decirlo- precámbrica e incluso decimonónica.

Lo triste del asunto, una vez más, no es tanto que exista la paleotelevisión como que sea la única que nuestra televisión pública realiza. El problema no es tener cerebro reptiliano, sino no tener cerebro límbico y neocórtex. A lo mejor es que en esa peluquería se les ha ido la mano con la afeitadora eléctrica y se han llevado por delante media cabeza de los programadores.

www.antoniorico.es

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