Andrés Suárez, el cantautor gallego que ha logrado ser número uno en ventas este verano, puede presumir de tener fans muy fieles. Muchos de ellos habían sentido cómo sus planes se frustraban al cancelarse la gira a finales de verano por problemas de salud del cantante. Pero lejos de devolver las entradas esperaron y el concierto, por fin, llegó el viernes pasado al teatro de la Laboral con nuevo repertorio y nueva puesta en escena.

Comenzó sin micrófono, entonando la primera estrofa de "Walt Disney" de su séptimo y último disco "Desde una ventana" y seguidamente la banda se unió al completo con el sonido amplificado. La presión sonora y la calidad del audio estuvo bastante bien durante todo el concierto, exceptuando la voz del cantante. Y no porque estuviera mal ecualizada o falta de volumen, más bien es un problema de utilizar correctamente las distancias con el micrófono: al emitir mucho y no alejarse lo suficiente sonaba estridente. Esa fue la tónica en varias canciones. Por lo demás, un concierto impecable con buenos músicos y buenos arreglos que lograron poner al público en pie para entonar temas como "Vuelve", la cañera "Que levante la mano" o la enigmática "Más de un 36".

A mitad del concierto tuvo su momento más íntimo -y un tanto lánguido-, en el que el escritor de canciones, como le gusta denominarse, se queda en el escenario al frente del piano para entonar la balada "Voy a volver a quererte", acompañado por la melodía del violín de Marino Saiz, que durante toda la actuación alternó el violín con el piano con gran maestría. A Víctor Manuel le dedicó la triste "Rosa y Manuel" que habla del alzhéimer y cuya melodía es muy del estilo de Silvio Rodríguez. También pudimos disfrutar del tema inédito "Nana de Noemí", sólo con guitarra y voz, antes de que regresara la banda en pleno para deleitarnos con varias canciones más animadas, destacando "Apenas te conozco", con buenos arreglos más progresivos y mucha caña en directo. Lástima que este tema no tuviera un poco más de duración.

Para los bises se bajó del escenario y cantó él solo "Tal vez te acuerdes de mí" y "Si llueve en Sevilla", poniendo al público en pie con una gran ovación. Después le siguió el resto de la banda con acústicas en mano sin amplificar. Para las primeras filas fue un momento genial, para el resto no tanto porque el recinto es bastante grande y apenas se oía. De nuevo regresaron al escenario y se lucieron con temas como "El corazón me arde".

Más de dos horas de concierto en el que pudimos escuchar canciones que hablan de amor y de desamor, principalmente de vivencias de un cantautor que sabe conectar con el público porque lo hace con honestidad y que llegó a Gijón con energías renovadas y con ganas de darlo todo.