Crítica / Música

Apoteósico Pablo López

El cantante, que además es un buen pianista, hizo disfrutar al público gijonés

Suenan las primeras notas al piano y un recinto con más de 1.300 personas las reconoce y se disponen a cantar la canción de principio a fin. Eso es lo que ansía la mayor parte de artistas y es lo que ha conseguido Pablo López con tan sólo tres discos en el mercado. La clave es la comercialidad: letras de amoríos, unos compases de introducción con melodía pegadiza, alguna frase cantada y rápidamente el tema se viene arriba. A la apoteosis total. Después del primer estribillo decae un poco y rápidamente vuelve a lo más alto para llegar hasta la traca final. Una fórmula que se repite una y otra vez en la música comercial y que conocen perfectamente los artistas que han desfilado por "Operación Triunfo". Y así son las estructuras de la mayoría de los temas del cantante y pianista malagueño. Sin embargo, Pablo López va un paso más allá de esas simples estructuras comerciales apoteósicas. Pablo es músico y esa formación musical se nota. Canta bien y, además, es singular porque el instrumento protagonista es el piano: un rara avis en la música pop española. Abrió el concierto del teatro de la Laboral con "El camino" y "El niño", dos temas de su último disco, "Camino, fuego y libertad". Sonaron éxitos de los dos discos anteriores como "Vi", de corte más rockero, y "Ven", del álbum "El mundo y los amantes". El pianista, acompañado por guitarra, bajo y batería, ofrecía buen sonido y una buena puesta en escena. El público estaba encantado sin dejar de corear cada tema y más cuando sonó el último single, "El patio". Es curiosa la coincidencia de la armonía en las partes cumbres del tema con la famosísima canción de Procol Harum "A whiter shade of pale", sin embargo la melodía va por otros derroteros.

En cuanto a su interpretación al piano hay varias cosas que destacar: los fraseos tipo blues en "El teléfono", el diálogo de piano y guitarra (¿ Ludovico Einaudi?) en "Lo imposible", el arreglo en directo de "Trece", los guiños a la música árabe en "El mundo", las modulaciones de "Las 17:00" o la introducción de "Lo saben mis zapatos". Pablo López es un buen pianista y además es capaz de conjugar calidad y comercialidad. Esto también es parte de su éxito.

El concierto terminó con "Tu enemigo", el tema que le catapultó a las listas de ventas, y el público disfrutó de un espectáculo que mantuvo la apoteosis desde el principio al fin. También apoteósico está siendo su "Tour Santa Libertad", agotando las entradas con meses de antelación en cada ciudad programada. Viendo la capacidad musical que tiene Pablo López, seguro que en un futuro aportará cosas nuevas, más registros sonoros y letras más elaboradas, capaces de atraer a un público más heterogéneo y convertirse así en uno de los grandes, de los que llenan estadios. Desde luego, talento no le falta.

Compartir el artículo

stats