A lío revuelto

Desde que Daniel Calparsoro debutara en el lejano 1995 con Salto al vacío ha ido construyendo una carrera de fondo irregular pero siempre interesante con títulos en los que suele aunar una indudable querencia por mensajes de contenido social dentro de géneros de lo más dispar (bélico, misterio, intriga, policiaco....) aunque casi siempre con elevadas dosis de acción con mayor o menor grado. Intenciones muy claras de profundizar en la oscuridad del ser humano en particular y de la sociedad en general que alcanzaron en su anterior trabajo, Cien años de perdón, su mejor demostración de fuerza porque unía con precisión de buen relojero un guión bien construido, unos personajes dibujados con precisión y un ritmo agobiante. Su dominio del oficio narrativo es indiscutible y pocos cineastas españoles le hacen sombra en ese terreno.

El aviso es otra demostración elocuente de esa solvencia técnica y de su talento para sacar partido a los actores, pero en esta ocasión el guión tiene demasiados altibajos. Basada en una novela del autor español Paul Pen, que bebe sin reparo en las fuentes norteamericanas de autores como Stephen King, El aviso avanza con bastante arbitrariedad por dos vías temporales y unos vaivenes dramáticos que hacen la historia muy liosa y al final matemáticamente descendida a una trilera división.

Hay un reparto que se esfuerza lo indecible en hacer creíbles sus personajes y momentos notables, pero hemos visto torear a Calparsoro en mejores plazas y con faenas mejor aliñadas.

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