Crítica / Música

Aplausos con pasión

Una versión diferente de "La Pasión según San Mateo" bajo la batuta de Marc Minkowski

El pasado sábado, los "Conciertos del Auditorio" sorprendieron una vez más en su programación con "La Pasión según San Mateo", de J. S. Bach, compendio y obra cumbre del Barroco. "Les Musiciens du Louvre", dirigidos por Marc Minkowski, ofrecieron una versión muy diferente a las que habitualmente estamos acostumbrados dentro de las historicistas. La reinterpretación de algunos de los parámetros, como el reducir los recursos vocales a una voz por cuerda o la reubicación de instrumentos y voces para redimensionar el espacio sonoro, puede parecer una apuesta arriesgada, pero a la luz de lo escuchado, es todo un acierto que ha de sentar precedente. De hecho, consiguió subrayar la abundancia de efectos estereofónicos existentes en una obra cuya plantilla está diseñada con una clara intencionalidad y que se suelen perder en las salas de conciertos. Y es que Marc Minkowski no se conformó con plasmar con criterio musicológico las posibilidades tímbricas de "La Pasión según San Mateo", sino que redescubre la relación entre el músico, la palabra expresada a través de la música y el público. Si en Bach la retórica musical heredada de su época se vuelve estructural y cada pasaje es una glosa musical que invita a la reflexión sobre el texto, la versión de Minkowski, alejándose de sonoridades excesivas, favorece la identificación subjetiva e intimista del oyente con el contenido del texto.

Para poder realizar una apuesta de este calibre se ha de contar con unos solistas capaces de afrontar todo el peso de las partes corales en alternancia con los recitativos y arias que Bach introduce, en su época, por la influencia del modelo de cantata reformista de Neumeister. Minkowski ha sabido elegir unas voces flexibles al registro y de gran dinamismo expresivo. No duda, no obstante, en reforzar a los ocho solistas divididos en dos secciones mediante un uso acertado del "ripieno" como añadido para resaltar las partes más relevantes, que en una obra de religiosidad luterana no puede ser otra que los corales. Incluso responde a la anotación que Bach realiza en la partitura sobre el "ripieno" de voces blancas (habitualmente cantado por niños) en el coro inicial "Kommt, ihr Töchter" y Coral final de la primera parte "O Mensch, bewein dein Sünde groß", recolocando a los solistas entre los instrumentistas. Destacó el tenor Anizio Zorzi Giustiniani, por su amplio registro de contundentes graves y expresividad, en el papel del evangelista, rol de especial dificultad sobre el que recae toda la fuerza narrativa de la "Pasión" con su texto íntegramente extraído del evangélico y al que Bach dota de una especial fuerza dramática. Uno de sus momentos más álgidos lo encontramos en el diálogo establecido con el coro de solistas, al presentar los reproches que la "turba" le dedica a un Jesús ya crucificado "Und da sie an die Stätte kamen" (Y una vez llegaron al lugar) y "Andern hat er geholfen" (A otros ha salvado, y no puede salvarse a sí mismo).

El público, que llenó el Auditorio, rompió el silencio final con una calurosa ovación, que tuvo su justificado matiz localista al enfatizar la participación de la chelista ovetense Elisa Joglar en la orquesta.

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