Huracanes a mano armada

Quien ha visto a Rob Cohen. ¿Y quién le ve? Responsable de títulos con hechuras correctas como Dragon, la vida de Bruce Lee, Dragonheart o Pánico en el túnel, tuvo en A todo gas y Triple X la ocasión de demostrar que sabe rodar escenas de persecuciones a todo trapo, pero ese filón se le acabó tras las desastrosas La momia 3 y Obsesión. Con Operación: Huracán toca fondo orquestando un cruce de desatinos que ni siquiera es original porque esto de mezclar atracos con desastres de la Naturaleza ya se hizo, y bastante mejor (pongamos que hablo de Hard Rain). La apagada y barateja función sucumbe bajo el peso de un rudimentario guión, se arrastra con personajes acartonados y sufre la invasión de unos diálogos sonrojantes. Si a eso añadimos unos efectos especiales de todo a cien y un reparto donde solo la desaprovechadísima Maggie Grace pone algo de talento es normal que el desastre se consume, por más que Cohen intente llamar la atención desesperadamente con algún momento de acción bien ejecutado. Lástima que la involuntaria comicidad del desenlace no se repita más a menudo: podríamos estar ante una nueva franquicia de engendros divertidos como Sharknado.

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