Los Ángeles, Efe

Un documental sobre la polémica huida de EE UU del director francés de origen polaco Roman Polanski, acusado de violar a una menor, llegó a salas limitadas de este país este fin de semana tras haber sido presentado en el festival de Sundance.

«Roman Polanski: Wanted and Desired», dirigido por Marina Zenovich, pasó por la última edición de ese festival de cine independiente, y allí se aseguró su distribución mundial tras firmar un acuerdo con la compañía de los hermanos Weinstein.

La cadena de televisión por cable HBO se hizo con los derechos para EE UU.

La cinta llegó este fin de semana a salas de Manhattan (Nueva York) y Pasadena (California). Se espera que se exhiba durante al menos una semana, para que pueda aspirar a los «Oscar» de la Academia de Hollywood.

Polanski fue arrestado en marzo de 1977 en el hotel Beverly Wilshire. Se le acusó de violar a una adolescente de 13 años en la residencia de Jack Nicholson, el actor protagonista de «Chinatown», la memorable cinta que dirigió Polanski tres años antes.

Fue puesto en libertad bajo fianza de 2.500 dólares, pero en agosto se consideró culpable de haber mantenido relaciones sexuales con la adolescente Samantha Gaimer.

El abogado de la familia de la niña, Lawrence Silver, admitió que sus representados no querían que cumpliera condena, sólo que admitiera su culpa y entrara en rehabilitación. Pero el 1 de febrero de 1978, Polanski desapareció de EE UU.

Desde entonces, existe en su contra una orden de detención si pisa el país. El documental abre con una entrevista hecha a Polanski en la que admite su afición por las mujeres jóvenes, algo que cree que comparte con la mayoría de los hombres. La directora no oculta otras polémicas generadas alrededor del célebre artista como el asesinato en 1969 de su entonces esposa, Sharon Tate, embarazada de su primer hijo, a manos de seguidores de la secta de Charles Manson.

Zenovich se concentra en el caso de la violación de la menor y para ello se rodea del abogado de Polanski, la víctima, los policías encargados del caso, colegas del director y periodistas que siguieron de cerca el caso.

De esa forma la realizadora deja entrever que pudo haber ciertas irregularidades y que Polanski decidió abandonar el país por miedo a no recibir un juicio justo.