Oviedo, Chus NEIRA

El teatro Campoamor fue, ayer más que nunca, una fiesta pobladísima de la canción asturiana donde la voz, las voces, se convirtió en protagonista absoluta. Sea por la coincidencia en el programa de hasta tres agrupaciones corales (la primera el Coro «Sant'Ana» en el apartado de muestra, las otras dos, «Voces Unidas» y «San Félix», ya en concurso), por la presencia de una numerosísima «cla» cántabra que vino a jalear a su paisano, el tetracampeón Sergio Agüeros, o por los más de cuatro ases de la canción asturiana actual que tenían que cantar en la matiné dominical, el caso es que el teatro se llenó hasta la bandera. Con gozo, entusiasmo y entrega.

La primera parte del programa consistió en un suave despegar con las voces varoniles, afinadas, firmes, del Coro «Sant'Ana» de Siero, dirigido por Enrique Rodríguez Almanza. «La raitana», el «No llores neña», «Despedida» y «Día de fiesta» fueron, decíamos, la mejor forma de arrancar el domingo y prepararse para lo que venía encima del teatro. Hablamos de la tonada en su versión más pura. Pero antes de eso todavía hubo otro aperitivo, ya en la fase de concurso, con otra actuación coral. Esta vez fueron los de «Voces Unidas», de Oviedo. Una agrupación curiosa que se articula en torno al Colegio de las Dominicas y suma a estudiantes, a hermanos, a padres y hasta al güelo. Coro mixto, pues, y de lo más variado, que arrancó aplausos con «Navegaremos los dos», «Ilusión de amor» y «El baile».

Precisamente, la danza fue lo siguiente, con Paulino García y María Vázquez Álvarez. Y ellos pusieron, ahora sí, el prólogo definitivo para el gran recital de tonada.

La primera parte, antes del descanso, enlazó a tres paisanos muy conocidos: Julio Antonio Mallada, Francisco Martín Holgado y Andrés Cueli. Sonaron, respectivamente y sin citar todo el repertorio, estrofas tan célebres como las de «Esta noche si no llueve», «Déxame pasar que voy» o «Arrea carreteru».

Si con Mallada, Holgado y Cueli ya se habían saboreado todas las posibilidades de la tonada clásica: de la más recogida a la montaraz, de la que busca el clasicismo ligero a la que echa el resto para alzarse de la tierra como un titán, la segunda parte volvió con variedad y maestría. Antes, un nuevo aperitivo para la sesión vermut, aperitivo de agradecer servido por la Coral «San Félix» de Lugones con «Vente cubana a España» y «Duérmete ne». Tras ellos, Ismael Tomás Montes bordó el «Baxaba Bardial de Casu» y se dejó la piel con «Soy natural de Carreño». El gaitero Francisco Fernández fue el paréntesis y ya vinieron los campeones visitantes. La primera, de Villablino, gran voz, saber estar en las tablas, María del Rosario González. Empezó con la genial «Qué guapín quedó Arroes» y acabó con la clásica «En el roncón traigo a Asturias».

El postre, tan esperado por «la cla» cántabra, el mozo del año, y del pasado y del otro, Sergio Agüeros, toda una estrella en el mundo de la canción tradicional. Arrancó con una soberbia «La Collaona» y -ya con El Pravianu a la gaita- despidió con el «Puente de Ribadesella», donde bramó como un valiente logrando que el personal aplaudiera como si lo fueran a prohibir mañana.

Agüeros despedía así las fases semifinales. Mañana LA NUEVA ESPAÑA publicará los finalistas y el 4 de mayo se retomará la competición, esta vez en el Filarmónica. Con esta nueva fase comienzan, también, las actuaciones de los participantes en el apartado de renovadores de la tonada.