Nueva York, Efe

La cantante estadounidense Madonna presentó ayer en directo ante el público neoyorquino su último trabajo de estudio, «Hard candy», en una actuación que reunió a unas 3.000 personas y en la que estuvo acompañada por Justin Timberlake.

La «reina del pop» ofreció en la Gran Manzana su primera actuación desde la publicación de su undécimo álbum de estudio, que salió a la venta esta misma semana en todo el mundo y en el que se ha dejado dirigir, además de por Timberlake, por los productores de moda Timbaland y Pharrell Williams. En tan sólo cuarenta minutos, Madonna deleitó a los más afortunados de sus seguidores neoyorquinos con seis canciones, de las que cuatro pertenecen a «Hard candy», un trabajo en el que combina diferentes estilos musicales, como el pop, el dance y los sonidos urbanos que tan bien se le dan a sus nuevos productores y que tanto gustan al público más joven.

Ante una audiencia de los más variopinta, entre la que se podían encontrar a fans de sus diferentes etapas, la «Ambición Rubia», con su habitual imagen de «dominatrix», desgranó algunos de los platos fuertes del álbum, que supone el final de su trayectoria profesional ligada a la discográfica Warner. Con el pegajoso sonido de «Candy shop», el tema que abre su nuevo disco, Madonna saltó al escenario, subida a un trono formado por la «M» y rodeada por seis bailarines. La intérprete también agarró la guitarra y, sonriente, decidió sentarse para cantar «Miles away», uno de los nuevos temas que apuntan a ser el próximo sencillo.