Brillante, ésa es la palabra idónea para calificar esta segunda edición del LEV. Celebrado durante el pasado fin de semana en el Centro de Creación e Industria de la Laboral de Gijón, LEV Festival se perfila como un evento muy a tener en cuenta. Tiene todos los visos de seguir creciendo y convertirse en todo un referente dentro de la música electrónica mundial. Reconforta el hecho de que una apuesta tan arriesgada no haya pasado inadvertida entre el público (no sólo asturiano, muchos de los asistentes eran de fuera de la comunidad), sobre todo porque la totalidad de los artistas participantes se encuentran situados en la órbita más experimental de la música electrónica actual. Se trata de la sección de esta disciplina musical más ligada a la cultura de vanguardia.

Dos jornadas musicales nocturnas y actividades paralelas para el día, como el exitoso taller impartido por Monolake y Deadbet, conformaban la oferta de un evento que ha dejado muy buen sabor de boca entre la gente.

Apoyado por la majestuosidad y sofisticación del emplazamiento, esta segunda edición será recordada eminentemente por la magistral actuación de Clark, «The Black Dog» y Ed Chamberlain, quienes respondieron al guión habitual y no se dejaron nada en el tintero. Chris Clark ejecutó un «live» en el que la oscuridad, sonidos atmosféricos y su álbum «Turning dragon» (editado en el elitista sello Warp Records) capitalizaron sus acciones. Ed Chamberlain actuaba por primera vez en España, acudió con los deberes hechos, tiene un patrón de actuación que roza la perfección y que apenas modifica, pero quizá responde a que resulta complicado facturar algo que lo supere. Melodías con duende fluían durante su momento. Destacar también que Monolake se contuvo y no tiró de esa vena tan minimal que se le antojaba, seguramente el hecho de efectuar su show junto a Deadbeat influyó.

Otros nombres que no podemos obviar son los de Transforma y Da Robotz; en el primer caso presentó un discurso sonoro basado en el ruidismo más industrial, siendo acompañado en todo momento por terroríficos e impactantes visuales a cargo de OST. Por su parte, el asturiano Da Robotz desplegó una gran variedad de sonidos y estilos, aunque también conviene resaltar que la ubicación (la cafetería de la Laboral) en la que desarrolló su set impidió un mayor lucimiento.

Aparte de la crítica musical propiamente dicha, aspectos como el sonido, la organización y la distribución del festival obtuvieron una elevada nota. Se echaban de menos detalles como un guardarropa o algún acomodamiento para disfrutar sentado de la música en el espacio principal, pero esto ya son peticiones para alcanzar el cielo.

A grandes rasgos, esto ha sido el LEV, un novedoso proyecto que ha encandilado a los más puristas de la música electrónica y a los medios de comunicación del país. La presencia de medios locales, representantes de portales como el catalán «clubbingspain», una de las biblias sobre música a nivel nacional, y la retransmisión radiofónica del evento a cargo de Radio 3 no hacen más que ratificar que el LEV ha calado hondo. Hay quien ya tacha los días para la edición de 2009.