«Paquito el Chocolatero» fue lo que más se interpretó en 2007. Es pasodoble bullanguero, muy festivo y de celebraciones comunes: bodas, buatizos, divorcios y primera comunión. Ayudó a su moda un anuncio de cervezas, pero, ciertamente, no necesitaba mucho tirón. Es una pieza irresistible para momentos de alegría, incluso es capaz de atenuar penas, dentro del margen que las penas dejan para su rebaja. Producto nacional. En todo caso, mejor este producto que ciertos alardes culturetas que se intentan desde otras posiciones musicales. «El Chocolatero» y tras él otros del mismo corte. Aparece después Sabina, también a golpe festivo con la ranchera aquella de «Y nos dieron las diez». Lo que indica que se interpreta el sonido alegría, aunque las rancheras tengan un cierto punto de melancolía. Más o menos es lo esperado. Lo que ya no es tan esperado es que lo más oído, que no escuchado, en pubs y discotecas sea «Maná». En... fin.