Oviedo, J. B.

Los coros tuvieron gran protagonismo en la jornada de ayer. El «Castillo de Gauzón» cerró la primera parte del programa celebrado en el teatro Filarmónica. La coral «Voces Unidas» abrió la segunda parte de la sesión del concurso y muestra de folclore «Ciudad de Oviedo», que organizan el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA. Ambos cuentan con directores que ya saben lo que es ganar este certamen. Rocío Cuervo Coto conduce el «Castillo de Gauzón», una formación, dicho está en más de una ocasión, que siempre deja impresionado al público. Lleva sus obras con tal clase que no ha lugar para la monotonía. Lo suyo es dejar atónito al respetable con sus virtudes (su registro vocal en conjunto, sus solistas, su directora; hasta su puesta en escena). Se despidieron con un impresionante popurrí, de título «Rincones de Asturias», con final en un distinto y elegante «Asturias, patria querida».

La coral «Voces Unidas» ya impresiona nada más salir a escena: con la bella postal que presentan, una combinación de mayores y pequeños que provoca rápidas emociones. El director, Ángel Gallego Bahillo, se trabaja duramente a todos sus grupos (pronto estará con el «Santiaguín» en un ciclo de músicos asturianos a celebrar en el mismo Filarmónica) y cada miembro del grupo muestra lo mejor de sus cualidades sin distinción de edad (entre los más jóvenes los había muy niños). También deleitaron sus solistas y, al margen de las piezas obligadas, levantaron pasiones con la elegida libremente, «Fuente clara». Se despidieron entre calurosas, largas y muy merecidas ovaciones.

No todo estaba servido. El grupo folk «Arume» puso a calentar motores a la jornada dejando su impronta e innovación en la inauguración de la sesión. Una apuesta instrumental y creativa que hay que tener muy en cuenta desde ya mismo.

Y los de la tonada se salieron de madre. Excepcional José Antonio González Fernández (de El Cantu la Vara) y también, un ex campeón, Ismael Tomás Montes, que despidió con un súper clásico: «Hay una línea trazada». Por medio la voz femenina de la matinal, la voz de María Sánchez Blanco, que abrió con «Soy de Pravia», curiosamente acompañada por El Praviano, el gaitero oficial del concurso «Ciudad de Oviedo». En la primera parte la modalidad ya había presentado el certificado de que la mañana iba a ser buena con las dos piezas de Andrés Cueli Robledo.

El programa se concretó con dos categorías más, dos modalidades muy fieles al concurso que fundó Carlos Jeannot. El presentador y director de la muestra prosigue incombustible al frente de este espectáculo que ayer, con mañana soleada, llenó el teatro Filarmónica. Así que para que no faltase de nada hubo una buena representación de gaiteros. Categoría ésta que ha marcado el certamen desde su creación. No en vano ha sido una gran cantera de jóvenes instrumentistas que, con el paso del tiempo, se han convertido en auténticas estrellas de ámbito nacional e internacional. Y ayer hubo una muestra muy sólida que justifica lo señalado. Primero actuó Francisco Fernández y en la segunda parte Daniel González. Ambos se marcaron las piezas obligadas: «El trasgu saltarín» y «Entre penes».