Oviedo, J. B.

David DeMaría actuará en la gala final de «Rumbo a la fama» el próximo sábado. Gala en la que se conocerá el ganador en la modalidad de canción de pop. DeMaría ve positivos estos programas, y «si son de ámbito regional, mucho mejor», apostilla. En esta entrevista anima a los jóvenes intérpretes a luchar y que no olviden que la música hay que «currársela» desde abajo, aunque estos certámenes son un buen empujón en la salida.

-Con «La fuerza de la voluntad», un recopilatorio, celebraba diez años de carrera y los celebra con disco de oro.

-Pues sí, conseguir un disco de oro con un grandes éxitos en el que prácticamente hemos unificado el grueso de mi carrera es milagroso. Creo que aún llegué a tiempo para respirar, tal y como se está poniendo la industria.

-¿Llegó a tiempo?

-Llegué para, al menos, encontrar un hueco que te distinga. Lograr un toque distinto dentro de la vasta oferta musical. Conseguir eso es conseguir un triunfo bastante grande. Tengo el respaldo de contar con mis giras, con un público que me espera, con una buena banda.

-¿Qué va a cantar en la gala de «Rumbo»?

-Es tipo actuación de TV. Haré un par de canciones con la voz en directo.

-Lleva un buen bagaje como compositor, tanto que hizo alguna para «O.T.».

-Fue uno de los himnos de la primera edición.

-¿Qué opina de estos certámenes?

-Los veo bien, aunque me despegué de la inercia de la saturación. Me parece una iniciativa interesante la que se hace ahí porque es de regiones; y ahí se pueden sacar conclusiones porque cada una tiene su idiosincracia. Y luego habría que competir a nivel nacional. Lo mejor de cada región en un concurso. Sería renovar y despejar la saturación actual. De no ser así, es imposible distinguir entre la maraña de artistas. Es un buen empujón de salida, pero hay que seguir trabajando, hay que echarse a la carretera.

-¿La música en directo es la solución para los artistas?

-El directo nos está dando de comer a muchos intérpretes. Pero es el círculo vicioso: no hay directo si no suenan tus discos y si no se venden discos. Los que nos hicimos hombrecitos en esta década nos salvamos, pero no soy egoísta y miro por el resto, por los que vienen.

-Pero se puede hacer la «promo» en internet.

-La promoción de todo creador es que no hubiera ese vacío legal con internet. Sería la aspiración de todo músico. La industria se ha quedado adormecida y no han querido saber nada ante estos avances.

-Qué etiqueta le pongo: ¿poeta, cantautor...?

-Demasiado me parece todo eso. Yo me considero un aprendiz de poeta y un soñador de melodías que andan por mi cabeza. Y siento la necesidad de transmitir todo eso con la música. No soy músico total, ni poeta total: haciendo una coctelera con un poco de todo eso sale David DeMaría.

-Hay muchos cantantes que interpretan sus composiciones, ¿cómo los ve?

-Hay intérpretes que engrandecen una canción y otras producciones las tiran por tierra. De todos modos, es un orgullo y un honor que Diana Navarro o Pastora Soler canten mis canciones. Pero aún quiero seguir siendo intérprete.