San Francisco, Paula GIL

Ha sido nombrada este año la mejor empresa para trabajar en EE UU y recibe cada día unas 1.300 solicitudes de empleo pero, a medida que crece, Google tiene más difícil integrar a los nuevos trabajadores en su original cultura corporativa.

Los altos salarios y flexibilidad laboral de los «googlers», como se conoce a los empleados del buscador, atraen cada año a miles de trabajadores y la compañía cuenta ya con una plantilla de casi 20.000 empleados y cincuenta sedes en todo el mundo.

Un 99 por ciento de sus trabajadores recibe opciones sobre acciones de la empresa. A ello se suman ventajas laborales que van bastante más allá de lo habitual en EE UU, como formación pagada (8.000 dólares anuales por empleado), ayudas para guardería o costes de adopción (5.000 dólares anuales) y una subvención de 5.000 dólares para aquellos que compren un automóvil híbrido. En Googleplex, la sede de la firma en Silicon Valley, los empleados disfrutan del sol californiano en restaurantes al aire libre -el campus cuenta con once cafeterías- donde la comida y bebida es gratis y la calidad muy superior a la de los establecimientos de la zona.

La sede, sembrada de futbolines y áreas para el descanso, cuenta con un servicio de masajes, lavandería, tintorería, gimnasio y sala de cine y es frecuente que los empleados lleven sus perros a la oficina.

Pero lo que atrae a muchas personas con talento a Google es la flexibilidad: los empleados pueden dedicar un 20 por ciento de su tiempo a ideas propias relacionadas con el buscador y fomenta la movilidad interna para que encuentren la tarea más satisfactoria.