Belgrado

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España se tomó con humor la edición menos convencional del Festival de Eurovisión y el representante menos serio de la trayectoria española en el certamen de la canción cumplió en Belgrado. Con muy poca seriedad y la invitación más clara a la diversión y a la risa, se quedó muy lejos de la triunfadora, Rusia, pero consiguió una digna decimosexta plaza entre 25 participantes, con 55 votos recibidos de trece países, entre ellos un «doce» de Andorra, diez de Portugal u ocho de Grecia, aunque Rodolfo Chikilicuatre fue despedido con abucheos tras interpretar su «Baila el Chiki Chiki». Tupé, gafas enormes, chaleco morado, empezó con un «solo» interpretado con su guitarra de juguete «Luciana» -unos acordes de «Old McDonald»- y siguió con la interpretación de su caricatura del «reggaeton», con la coreografía deliberadamente descoordinada que junto a él compusieron sus acompañantes, sus bailarinas «Disco» y «Gráfica» y las tres escogidas a través de un en una gala en TVE.

Chikilicuatre no fue la única nota peculiar de un certamen que, sin el pavo irlandés «Dustin», eliminado en semifinales, vio salir al escenario a los componentes de un grupo letón vestidos de piratas o al abuelo rapero de Croacia, de 75 años. Pero en España el momento más esperado era el de la actuación número 22. Contra la polémica, expresada con abucheos en los ensayos y la actuación, también reaccionó con humor el protagonista de la parodia nacida en el show de televisión «Buenafuente». David Fernández, el actor que se esconde tras Chikilicuatre, afirmó antes de salir que «fue muy emocionante. Siempre hay alguien allí para apoyarte, para silbarte y decirte "¡fuera, fuera!"», informa «Efe». Su actuación, dijo, careció de espectacularidad porque, según él, «quería bajar con una bola del cielo, tocando la guitarra, pero nos dijeron los de Eurovisión: "que sí, que sí, que te pires", en "belgradense"». Y así, sin el recurso de una puesta en escena llamativa, por un momento decidió explotar su lado más sexual, como hizo la ucraniana Ani Lorak, que desplegó casi un «peep-show» en el escenario. «Yo no quiero jugar sucio. Si me quito la camisa sería demasiado fácil ganar», explicó, mientras consideraba que le eligieron por parecerse «en el tupé» a las dos ganadoras españolas: Salomé y Massiel.

Aunque hayan acusado a su canción de mala calidad, cree que si comienzan a poner filtros de calidad, «entonces el festival se tendría que suspender, porque las otras tampoco son muy buenas», concluyó.

El «Chiki Chiki» amenazó por un momento con resucitar la polémica lingüística de hace cuarenta años en Eurovisión. Si en 1968 Joan Manuel Serrat no pudo cantar en catalán el luego triunfador «La, la, la», en los ensayos del pasado viernes Rodolfo Chikilicuatre fue presentado con una carta en catalán que hizo cundir cierta alarma en la delegación española, que solucionó el «error» a tiempo. Anoche, en el festival, antes de la actuación del representante español, ya se utilizó el castellano en la cortinilla con la que se presentó a todos los participantes. Televisión Española atribuyó el «fallo» a la televisión serbia, encargada de elaborar las breves postales de presentación que se proyectaron en la pantalla situada tras el escenario antes de cada interpretación.

El conato de controversia se quedó ahí y en el Belgrado Arena, la quinta sala más grande del mundo, Chikilicuatre fue presentado y cantó en español. En ese español con pinceladas en inglés que incluyeron en la versión definitiva de su canción para que al menos algo se entendiese en Europa.