Con luces de neón rosa, purpurina dorada, chorretones de laca y calientapiernas a lo Eva Nasarre, nos llega GLOW, una de las últimas apuestas de Netflix. Una serie fresquita y muy entretenida, perfecta para disfrutar en verano, porque con diez capítulos de media hora de duración se ve de un tirón. La cadena en streaming ha hecho una intensa campaña publicitaria durante las últimas semanas, que en España ha tenido la genial idea de mostrarnos un combate de lucha libre entre las dos reinas del grupo popero Olé-Olé. Vicky Larraz y Marta Sánchez riéndose de sí mismas solventan sus diferencias en el ring. La de rivalidades que se podrían explorar para ofrecer a las enemistadas que se pongan las mallas y se suban al cuadrilatero para darlo todo. Desde estrellas de la pantalla a reinas del famoseo. Quizá hasta daría para una temporada de Feud.

GLOW son las siglas de Georgeous Ladies of Wrestling. La historia que la serie nos cuenta es la de un grupo de mujeres que se embarca en la aventura de poner en marcha la lucha libre femenina en Estados Unidos. Un deporte en el que había más de ficción que de realidad y que metía en medio de los combates sus dosis de culebrón. La productora es Jenji Kohan, que ya ha triunfado en la televisión con otros títulos como Weeds y Orange is the New Black. Aunque las que han puesto la carne en el asador y autoras de los guiones han sido Liz Flahive y Carly Mensch, que en 2012 hicieron un documental sobre el mundo femenino de la lucha libre. Ese trabajo ha servido de germen para el título de Netflix. Kohan se limita aquí a poner el nombre y apadrinar el proyecto.

'GLOW' - Vicky Larraz vs Marta Sánchez. Vídeo: Youtube

Protagoniza la serie Alison Brie, a la que ya viéramos como la mujer del insufrible Pete Campbell en Mad Men, o en el papel de Annie Edison en Community. Aquí encarna a la actriz permanentemente en paro Ruth Wilson. Su personaje acaba embarcado en la aventura de GLOW ante la falta de papeles para ella y después de que se pelee con su mejor amiga (Betty Gilpin) por llevarse a su marido al catre. El director del programa es Sam Sylvia (Marc Maron), realizador de un cine de bajo presupuesto que mezcla sexo, violencia y ciencia ficción. El decadente realizador es sarcástico, hiriente, adicto a la cocaína y acepta el encargo de GLOW con la condición de poder filmar después una nueva película. El director pretende explotar la rivalidad entre las dos amigas para incrementar la tensión dramática del espectáculo.

Poco a poco, iremos conociendo al resto de la troupe de luchadoras y nos iremos encariñando con ellas. La serie nos presenta a todo un elenco de personajes secundarios que prometen grandes emociones en caso de que llegue a ser un título de larga duración. Machu Pichu, la Reina de los Subsidios, Zoya la Destructora, Vicky la Vikinga o Liberty Belle son algunos de los excéntricos personajes que encarnarán las actrices/luchadoras y con los que intentarán hacer vibrar al público. Algunos de los caracteres que vemos se inspiran en otros que mostró el programa en la realidad, pero también hay cameos de luchadoras auténticas. La serie logra trasmitirnos no sólo la historia de una mujeres dándolo todo por sacar adelante un proyecto en el que nadie cree, sino también algo sobre la esencia del espectáculo de la lucha libre.

GLOW - Tráiler oficial. Vídeo: Youtube

A su manera, las chicas de GLOW son un grupo de pioneras que tratan de demostrar que pueden ser igual de capaces que los hombres en practicar la lucha libre. Aún hoy siempre hay quien se lleva a las manos a la cabeza cuando se habla de mujeres practicando profesionalmente determinados deportes de masas. En la época de GLOW, estamos en los años de oro de Hulk Hogan, cuando Regreso al Futuro arrasaba en los cines y el público acudía masivamente a las salas para ver cómo Rocky Balboa daba una paliza a Ivan Drago. De alguna manera, ese espíritu ha quedado perfectamente plasmado en la serie. La música, la ambientación y todos los guiños de la época atrapan al espectador a través de la nostalgia más ochentera.

Nunca me han terminado de hacer gracia los combates de Wrestling y veía absurdas esas peleas amañadas. Ante la loca propuesta de GLOW, sólo podía tener dos reacciones: o disfrutarla como un enano o huir despavorido de ella. Afortunadamente ha sido el primer caso. La primera temporada ha sido redonda, alternando las situaciones de drama y comedia y sabiendo cómo terminar cada episodio para estar dispuesto a devorar el siguiente.

La serie juega con ese sentimiento ante un público dividido entre el entusiasmo y el escepticismo. Muchas de las chicas de GLOW son actrices que se ven obligadas a embarcarse en este proyecto ante la falta de trabajo en sus carreras. Otras simplemente ven en la lucha libre una manera de encajar en una sociedad en la que no están demasiado integradas. La lucha libre femenina es una idea por la que nadie parece dar ni un centavo. Profesionalmente para estas actrices, el siguiente escalón más bajo en el que pueden caer después de esto es en el de la incipiente industria porno. GLOW es la historia de cómo esas mujeres empiezan a empaparse en este particular submundo de la cultura popular norteamericana, donde el público sólo busca ver a buenos muy buenos dando una buena somanta de palos a malos muy malos. Las actrices/luchadoras aprenden sus movimientos, exploran todos los clichés para desarrollar sus historias. Todo ello para dar poder ofrecer el mejor espectáculo posible, porque un triunfo puede ser la llave que les haga encajar y recuperar su dignidad. Así es como van pasando de verse ridículas fingiendo luchas a alcanzar sus particulares momentos de épica.

GLOW - Royal Hawaiian vs Americana. Vídeo: Youtube

Con el consiguiente aviso de spoiler, la primera temporada termina en el momento en que va a emitirse el primer programa para la televisión. Aunque no se llega a saber cuál es la reacción del público a la propuesta, vídeos como el que hay encima de estas líneas demuestran que la idea sí que triunfó en la televisión, ya que GLOW estuvo en antena durante muchos años. En él podemos ver cuánto se han inspirado en la realidad los creativos de la serie. No hay que olvidar que grandes estrellas de Wrestling también han hecho sus pinitos en la pantalla. Desde el clásico Hulk Hogan que, además de sus cameos en la pantalla, llegó a tener hasta su propia serie de dibujos animados, a The Rock, hoy conocido como Dwayne Johnson, que ha demostrado saber elegir bien sus papeles en la pantalla. Incluso en México tenemos a El Santo, personaje enmascarado que estaba interpretado por Rodolfo Guzmán Huerta, que se convirtió en un icono popular y un héroe defensor de la Justicia para miles de aficionados que iban a ver sus películas entre los 50 y los 60 para luchar contra monstruos de toda clase. ¿Lograrán las chicas de GLOW alcanzar el estrellato? Eso sí, me sigo quedando con la obra de ficción, antes que con los combates reales.