The Handmaid's Tale tenía complicado colocarse como una de las mejores series del año, pero ha superado la prueba con creces rebasando las expectativas hasta de sus propios creadores. Su carta de presentación era la de mostrar una distopía con un mensaje feminista de fondo.

No lo tenía fácil porque a estas alturas, llevamos unas cuantas series de futuros distópicos y apocalípticos con lo que el riesgo de la repetición estaba ahí. Por alguna extraña razón, se han puesto de moda las series que se lanzan a imaginar la posibilidad de que los Estados Unidos se conviertan en una dictadura. No sé por qué se les puede haber ocurrido semejante idea (espero que se entienda la ironía). Sin ir más lejos, en antena hace unas semanas que The Man in the High Castle cerró su segunda temporada presentándonos unos Estados Unidos que fueron invadidos por la Alemania nazi y los japoneses tras la II Guerra Mundial.

En literatura, el 1984 de Orwell se ha vuelto a poner de moda y arrasaba hace unos meses en las listas de libros más vendidos. Y en cine, en breve, tendremos en la gran pantalla la secuela de Blade Runner. Asimismo, el mensaje feminista llegaba en un año donde se han hecho grandes series de mujeres, entre ellas Big Little Lies, donde Nicole Kidman, Reese Witherspoon y Shailene Woodley han cerrado un pedazo de historia con el problema de la violencia machista y el maltrato como telón de fondo, y por supuesto Feud, la serie que nos narraba la enemistad entre Joan Crawford y Bette Davis.

Tampoco jugaban a favor de The Handmaid's Tale las anteriores adaptaciones que se han hecho de la obra literaria de Margaret Atwood. En los años 90 se hizo una película con Faye Dunaway y Robert Duval al frente del reparto que no fue gran cosa. Hasta tuvo una versión de ópera. Pues bien, a pesar de todos estos escollos The Handmai's Tale ha logrado erigirse como una de las mejores series de este año a pesar de que, cuando empezó, tampoco estaba en las quinielas de nadie. L

La primera temporada ya puede verse al completo en España a través de HBO, pero la serie está producida por Hulu. Algunos estudios dicen que es una de las series en streaming más vista de la plataforma, aunque habrá que ver qué ocurre cuando en unos días llegue la séptima temporada de Juego de Tronos.

The Handmaid's Tale (El Cuento de la Criada) adapta la novela de Margaret Atwood ambientada en una sociedad supuestamente futurista dominada por una jerarquía ultracatólica y en la que el papel de la mujer ha quedado relegado a mera mercancía y, fundamentalmente, a ser fecundada y tener en sus vientres los hijos de la clase dirigente. Aquellas que son fertiles tienen que abrirse de piernas para sus comandantes a fin de engendrar los niños que sus esposas no pueden darles. Las mujeres se encuentran de la noche a la mañana con una sociedad totalitaria en la que han perdido todos sus derechos, sus bienes y hasta sus nombres.

A través de flashblacks a lo largo de toda la temporada, vamos viendo cómo era la vida de los distintos personajes antes de la llegada del nuevo régimen, en el que los Estados Unidos se transforman en la República de Gilead, un nombre de referencias bíblicas. Lo aterrador de ese mundo de pesadilla es que muchas de las injusticias que muestra siguen siendo una realidad en muchos países del mundo y han estado vigentes hasta no hace mucho en otros países occidentales. También pone el dedo en la llaga de espinosos asuntos que generan polémica hoy en día como es la llamada maternidad subrogada o los vientres de alquiler.

Ejemplos de cómo de la noche a la mañana se han suprimido derechos fundamentales que hasta hace poco se consideraban intocables hemos tenido unos cuantos a lo largo de estos años. En el caso The Handmaid's Tale, unos atentados terroristas y un problema de infertilidad entre gran parte de la población por culpa de la polución, son el factor desencadenante para que los sectores más reaccionarios se hagan con el control del país y lo lleven al nuevo régimen. Es aterradora la facilidad con la que puede caer una democracia y desgraciadamente seguimos constatando ejemplos de ese tipo con más frecuencia de la que nos gustaría.

En Gilead, toda la sociedad ha sido reestructurada en un sistema de castas, donde cada uno cumple su función en aras de un bien común elegido por un puñado de fanáticos ultraconservadores. Los homosexuales, los abortistas y otras personas consideradas fuera del sistema corren verdadero peligro de muerte. Hay hasta lapidaciones y supuestos tratamientos para aquellos calificados como traidores a su género.

La serie amplía el universo que la propia Margaret Atwood creaba en su libro, al tiempo que cuenta con todas las bendiciones de la escritora que se ha implicado en la producción. Atwood hasta tiene un pequeño cameo en el primer episodio. La obra literaria está narrada en primera persona, con lo que en el libro sólo se nos cuentan aquellos momentos en que la protagonista está presente. La serie aporta más puntos de vista y narra momentos que en el libro ni siquiera aparecían. Como en The Leftovers, sus responsables van a ir más allá del material literario y profundizan en aspectos no contados de ese mundo de pesadilla en el papel.

En el reparto brilla con luz propia Elisabeth Moss, nuestra idolatrada Peggy Olson de Mad Men, que trata de sobrevivir en ese futuro de pesadilla para la mujer. Resulta curioso que, mientras que su personaje de Peggy sirvió para reflejar la conquista de derechos sociales por parte de la mujer y obtener más cuotas de liberación a lo largo de los años 60, en esta nueva serie su personaje retrocede en todos esos derechos conquistados para acabar en un mundo donde pocas posibilidades hay de recuperarlos.

A través del recurso de la voz en off, vemos cuáles son sus verdaderos pensamientos en un régimen donde decir en voz alta lo que realmente se piensa puede ser peligroso y donde cualquiera puede ser un espía. Hay muchas caras conocidas en el reparto, actrices a las que ya hemos visto en otras series. Yvonne Strahovski, la que fue la novia de Dexter que compartía su afición por los asesinatos en serie, encarna aquí a la esposa del comandante, interpretado, a su vez, por Joseph Fiennes. Otras caras conocidas son las de Samira Wiley (Orange is the New Black), Ann Dowd (The Leftovers) y Alexis Bledel (Gilmore Girls).

La segunda temporada está anunciada para el 2018 y ya se están empezando a conocer algunos de los miembros del reparto, donde parecen confirmados tanto Elisabeth Moss como Alexis Bledel. Terminada la historia del libro en la primera temporada, la intención es ir explorando rincones desconocidos de la República de Gilead y parece ser que hay intención de dar más protagonismo a los miembros de la resistencia.