Gijón, J. L. ARGÜELLES

Es agosto de 1936 y las tropas franquistas entran a sangre y fuego en la republicana Badajoz. Allí, tras una peripecia peninsular que se inicia en Barcelona, como surgido de las primeras sombras de una Europa que se descompone entre los fascismos rampantes y el olor de la pólvora, aparece el inspector de la Policía criminal berlinesa Nikolai Hoffner. Y es que el escritor estadounidense Jonathan Rabb ha querido tomar algunos de los escenarios de la contienda civil española, según anunció ayer en la «Semana negra», para completar su aplaudida serie sobre Berlín y los años de entreguerras. «El año de mil novecientos treinta y seis y España, que en ese momento es el lugar más violento y con mayores esperanzas, son perfectos para concluir mi trilogía».

Rabb, que alcanzó un notable éxito con títulos como «El señor del caos» y «La conspiración de los herejes», en los que la crítica ha querido ver una hábil fusión de los mejores recursos de Umberto Eco, Tom Clancy y Dan Brown, ya ha entregado esa tercera novela a su editor. El escritor no quiso adelantar el título, aunque sí explicó que, tras las leyes racistas de Nuremberg, dictadas por los nazis, un inspector medio judío como Hoffner «ya no se reconoce en Berlín». Y subrayó que esta última historia se le ocurrió, precisamente, en una anterior edición de la «Semana negra»: «Visité una exposición de cartas de aquella época y tuve la inspiración».

Pero Rabb acudió ayer a Gijón para hablar de «Luces y sombras», la segunda de las novelas de esta trilogía, publicada en España por Ediciones B. La trama de esta obra tiene como fondo el Berlín de 1927, cuando los estudios alemanes de la UFA y los de Hollywood compiten por hacer las primeras películas sonoras y Fritz Lang inventa el género negro; cuando Goebbels, por orden de Hitler, merodea por Unter den Linden. «Berlín, en ese año, es una ciudad extraordinaria, una mezcla de todos los aspectos luminosos y sombríos de aquel tiempo», afirmó el novelista. «A lo largo del libro descubrimos el declive de Hoffner, el de su familia y el de su ciudad».

La fijación narrativa de Rabb con esa urbe alemana y muchos de los personajes que atraviesan los años de entreguerras comenzó en «Rosa», la primera de las entregas de la serie. El título es una referencia directa a la dirigente comunista Rosa Luxemburgo, líder de la Liga Espartaquista y de la frustrada revolución alemana de 1919, año en el que fue asesinada. «Su cuerpo tardó cuatro meses en aparecer en un canal», recordó Rabb, fascinado por el personaje y el Berlín del que tan bien escribió Cristopher Isherwood.