Gijón, María IGLESIAS

Ni sus 83 años ni sus más de 60 encima de un escenario son suficientes para acabar con la vitalidad de Roy Haynes. El batería de Massachusetts llegó ayer a El Bibio envuelto en un poderoso ritmo de jazz. Junto a Dave Kikoski (piano) y John Patitucci (contrabajo), con quienes forma «Roy Haynes Trío», el músico desbordó talento a raudales.

Aunque no fue hasta principios de los años noventa cuando Roy Haynes empezó a brillar, su gran versatilidad lo ha convertido en uno de los mejores músicos de la historia del jazz. Algo que demostró ayer en casi dos horas de frenética percusión, que animaron a los incondicionales en la segunda noche de conciertos del Festival de Jazz. Sobre un gran escenario y ante un millar de espectadores, las notas del trío musical retumbaron en la ciudad y calentaron los motores para la llegada esta noche de «Manhattan Transfer».

Cultivan con igual gusto jazz, blues, rock, samba y bossa nova. El grupo vocal «Manhattan Transfer» desprende elegancia y estilo en todas sus armonías porque su longevidad sobre los escenarios -casi cuarenta años en activo- es tanta como su calidad musical.

Maestros en el arte del vocalese, un estilo que consiste en añadir letras a piezas instrumentales del jazz, el cuarteto compuesto por Tim Hauser, Janis Siegel, Alan Paul y Cheryl Bentyne llega esta noche a la plaza de toros acompañado por Yaron Gershovsky (piano), Steve Hass (batería), Gary Wicks (bajo) y Adam Hawlwy (guitarra).

Con una formación que se mantiene inalterable desde 1978, «Manhattan Transfer» promete un concierto jazzístico, enriquecido con swing, bop o folk. Es más, anuncian «composiciones que llegan al corazón», grandes éxitos que pondrán los pelos de punta.

Y aunque reconocen que les gusta «tocar en pequeños clubes de jazz», son capaces de lograr el ambiente más cálido en un gran escenario. Esta noche cierran en Gijón su gira por España.