Gijón, Ángel CABRANES

Sesenta años ha tenido que esperar Monchu Hevia para volver a celebrar el pase de la selección española a semifinales de un Mundial. Porque este gijonés de 74 años ya vivió lo que significa que la Roja esté entre los cuatro mejores combinados del mundo. Lo explicó a LA NUEVA ESPAÑA el pasado 2 de julio con motivo del aniversario del legendario gol de Zarra a Inglaterra en Maracaná. Ahora, tras contemplar cómo Villa decidió con suspense la clasificación, tras un disparo que se estrelló en los dos palos antes de perforar la portería de Paraguay, establece una comparativa de dos momentos que ya han pasado a la historia del fútbol nacional. «Lo celebré mucho más en esta ocasión», reconoce antes de subrayar que Zarra «era un grandísimo delantero, pero lo del Guaje ye increíble. No lo digo porque sea asturiano y me tire la sangre. Esti rapaz lo remata todo adentro».

Eran las seis de la tarde del pasado sábado, faltaban más de dos horas para el trascendental partido de España ante Paraguay, en cuartos de final de la Copa del Mundo de fútbol, y Monchu Hevia no podía estarse quieto. «Otras veces duermo la siesta, o hago unos crucigramas tranquilamente en casa. Esta vez tuve que salir a dar un paseo porque estaba realmente nervioso», afirma. Antes se citó con su mujer, Tinina Junquera, para ver el encuentro juntos en un pequeño bar de Cimavilla, La Begoñina. «Ella ye del Madrid y yo del Barcelona, pero en estas ocasiones tiramos los dos para el mismo bando», argumenta con humor sobre la relación con su esposa. La primera parte del conjunto de Del Bosque no fue muy alentadora y Monchu reconoce: «No lo veía claro. Sabía que estos paraguayos no nos iban a dejar jugar, porque estuvieron dándo-yos madera a Villa y a Iniesta sin parar».

El momento más tenso lo vivió poco después, con el penalti en contra de la Roja. «Taba negru, menos mal que lo paró Casillas, porque nos dio aire». Y medio resoplando lo pilló la otra pena máxima, esta vez señalada en el área contraria. «Fue una lástima que Xabi Alonso lo tuviera que repetir, pero el otro penalti que le hicieron a Cesc fue más claro que el de Villa. Lo que pasa es que no te van a pitar tanto en tan pocos minutos», afirma. Pero el Guaje volvió a aparecer, y esta vez sí, España se adelantó en el marcador. «Pegué un brinco tremendo. Tiró muy bien, aunque pegara en los dos palos. Lo de esti rapaz ye increíble, lo remata todo adentro», recuerda el protagonista.

Fue entonces cuando empezó a saborear la victoria, mientras su memoria se trasladaba al 2 de julio de 1950, la última vez que España se clasificaba a la semifinal de un Mundial, tras derrotar a Inglaterra por 1-0. «En aquella época era un crío. También fue muy importante, pero en esta ocasión me prestó mucho más», advierte. Ambos encuentros se decidieron por un solo tanto. Hace sesenta años, el protagonista fue el vasco Telmo Zarra, ahora el testigo lo tomó uno de Tuilla: David Villa. «Son jugadores diferentes. Zarra era más delantero centro nato. Fuerte, con muy buen remate de cabeza y poco manejo con el balón en los pies, al estilo de Fernando Llorente. Como él, jugaba en el Bilbao y formaba un ataque temible junto a Iriondo, Gaínza y Venancio», recita de carrerilla. Aun así, Hevia se sigue quedando con el Guaje porque «aunque se caiga a banda, o esté fuera del área, llega a rematarlo todo. Tiene mucho olfato de gol», destaca.

Monchu Hevia ya conserva buena parte de las portadas que acaparó en los periódicos de ayer el ex jugador del Sporting. Forma parte de su liturgia para recordar los grandes momentos del deporte español. Espera que no sea la última vez que tenga que hacerlo con motivo de la Roja, porque «los alemanes nos lo van a poner difícil en semifinales, pero podemos ganar. Hay que hacer historia a lo grande y llevarnos el Mundial». El gijonés no lo dice porque quiera aumentar su colección de recortes de prensa, lo dice porque tiene más fe que nadie en que «esta selección va a marcar época». Mientras, Monchu seguirá fiel al rito que tanta suerte le está dando al combinado nacional en Sudáfrica. Se citará con Tinina Junquera, en el pequeño bar de Cimavilla y , como hasta ahora, terminará dando un brinco de su silla cuando marque España.

«Zarra era un gran delantero centro, pero lo de esti rapaz ye increíble: tiene mucho olfato de gol»

«Los paraguayos nos dieron mucha madera; ahora hay que ganar a Alemania y hacer historia a lo grande»