Vestido con camisa blanca y fular azul, y protegido por unas gafas de sol, el cantante Raphael abandonó el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo al filo de las once de la mañana de ayer.

El artista había ingresado en la clínica oftalmológica anteayer, miércoles, para someterse a cirugía ocular. Quería desprenderse de las gafas, y eso requería operar su presbicia (vista cansada). A la salida del instituto, con un aspecto muy saludable, explicó a LA NUEVA ESPAÑA: «La intervención ha salido muy bien y ya me han retirado el vendaje».

El cantante jiennense fue operado por Luis Fernández-Vega Sanz, catedrático de Oftalmología y director del Instituto Fernández-Vega. «A Raphael le molestaban las gafas para algunas actividades y nos pidió que le operásemos», explicó el oftalmólogo, quien implantó al artista «un cristalino artificial multifocal». «La operación ha salido muy bien», indicó Luis Fernández-Vega.

Raphael ha estado sumergido en una gira internacional con su último disco «Raphael: 50 años después». No tiene actuaciones previstas para este verano. «Lo dedicaré a descansar, no cantaré hasta septiembre», afirmó. Ésta es su segunda visita reciente a Asturias. El cantante había estado en Oviedo el pasado 10 de mayo, aunque por razones muy distintas: un concierto en el auditorio Príncipe Felipe de la capital, en el marco de la citada gira con su último trabajo discográfico. Ayer, pese a las inevitables molestias derivadas de la cirugía, subrayó que se sentía «muy bien». Esta intervención poco tiene que ver con aquella otra que lo llevó al quirófano en 2003. Por entonces, Raphael hubo de someterse a una operación de trasplante de hígado.