Gijón, Elías GALLEGO

Cientos de veraneantes caminaban ayer a paso lento y contemplativo por el muro de San Lorenzo. Otros muchos pasaban el rato apoyados en las barandas de la Escalerona observando a los bañistas, cuando un potente estruendo desvió su atención hacia el cielo. «Ya están ahí», señalaba una señora mientras utilizaba su mano como visera. Era el primero de los aviones que, desde las diez y media de ayer, comenzaron sus entrenamientos para el V Festival Aéreo que se celebrará mañana, al mediodía, en la ciudad.

Poco después, los afamados miembros de la patrulla «Águila» ofrecieron un breve adelanto del recital que brindarán al público asturiano. Las cabriolas y los «loopings» entretuvieron a los más curiosos hasta casi las dos de la tarde porque el entrenamiento ya era, de por sí, todo un lujo. «Tengo muy asociado el Festival Aéreo con el verano; hace varios años que lo veo aquí, en Gijón, y me trae muy buenos recuerdos», explicaba María Alonso, madrileña, desde el puerto deportivo.

Los más desorientados intentaban perseguir el rastro de los aviones con la mirada, guiándose por el sonido de los mismos. Otros parecían alegrarse por el pánico que provocaba el estrépito de los aeroplanos entre las gaviotas que volaban por la zona, que parecían vivir su Armaggedon particular. «Que se fastidien, que bastante nos molestan normalmente los dichosos pajarracos», decía una señora desternillada. Los había también que no se mostraban tan eufóricos con el ruido generado. «No entiendo para qué sirve montar tanto jaleo todos los años», lamentaba un señor visiblemente irritado.

Desde las ventanas de los pisos que se encuentran frente a la playa gijonesa, varios jóvenes se asomaban incrédulos y con cara de sueño después de una presumible larga noche de juerga. Salvo contadas excepciones, la mayoría de gijoneses y turistas aguarda impaciente y con entusiasmo la exhibición de mañana. Es posible que con la expectación generada se logre batir el récord de 400.000 espectadores de la pasada edición del festival. Quizá tenían que haber empezado a contar desde ayer.

«Tengo asociado el Festival Aéreo con el verano, me trae muy buenos recuerdos», explicaba una madrileña desde el puerto