Gijón, R. NOGUEIRA

Si el matrimonio es un sacramento, el bautizo de olas en el Cantábrico sobre una tabla de surfear va camino de sacralizarse en Gijón y Llanes, donde la Escuela Asturiana de Surf ofrece cursos especiales para los participantes en despedidas de solteros.

Las nuevas fórmulas e iniciativas con las que los amigos de los novios buscan sorprender a los prometidos han tomado caminos inimaginados. Recorrer la ciudad disfrazado y pasar un fin de semana entero de fiesta y copas se ha quedado ya corto. Lo que interesan son experiencias nuevas, de esas que en ocasiones sólo se cumplen una vez en la vida. Como si de la costa californiana se tratase, futuros maridos y esposas, junto a sus mejores amigos se inician en el surf antes o después de una noche de jarana.

Hace años que Gijón y Llanes son dos focos y referentes en toda España para celebrar las despedidas de solteros. El ambiente nocturno, los precios asequibles y la posibilidad de descansar, antes o después de la resaca, en la playa son los principales atractivos que estas ciudades ofrecen. Por eso, por aprovechar más la playa y a estos esporádicos turistas, la Escuela Asturiana de Surf se ha querido unir a las celebraciones de los que se casan con un curso especial de surf para grupos de despedida de solteros y solteras. Porque las playas asturianas no tienen nada que envidiar a las playas paradisíacas en las que muchos surfean profesionalmente pero muy pocos se pueden «bautizar».

«Estos cursos están adaptados para que, a la vez que aprenden a surfear, los participantes en las despedidas se diviertan más que nunca», cuenta Hugo Suárez, coordinador y monitores de la Escuela Asturiana de Surf, cuya sede en Gijón se encuentra en plena playa de San Lorenzo. «Cada vez más despedidas de solteras se animan a bautizarse en el surf, es decir, iniciarse con este deporte», explica Suárez. «Hace un par de años, cuando empezamos los cursos para despedidas, eran los chicos los que venían, pero ahora son a las chicas a las que les van las emociones fuertes en el mar», añade.

Los tradicionales cursos de la escuela se reinventan para hacer de las despedidas de soltero algo inolvidable. Como en el océano Pacífico, los grupos de amigos llegan, cada vez más, a la costa asturiana para desafiar a las furiosas olas del Cantábrico con sus tablas de surf, pero sin olvidarse de las bromas y el jolgorio propio de las despedidas. «Las amigas de la novia siempre preparan inocentadas y disfraces muy divertidos y originales sin que ella lo sepa», explica Hugo Suárez. «Aunque los chicos tampoco se van sin liarla. Nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar en estos cursillos», añade.

A parte de lo que los amigos de los novios tengan preparado, los monitores idean juegos y actividades llenas de sorpresas que, como dice el coordinador de la escuela, «no se pueden revelar porque, entonces, el curso perdería su gracia». Aunque prometen que todo lo que organizan nunca desilusiona, y «siempre se prepara teniendo en cuenta a la persona que se casa, y todo lo que sus amistades nos cuentan», aclara.

Los «fiesteros» y «fiesteras» del País Vasco son los principales clientes de este animado bautismo. Pero no son los únicos. Grupos de amigos de Madrid, Valladolid, Santander, León, Andalucía o Navarra también han paseado ya sobre las olas de San Lorenzo. «La gente se está animando cada vez más a hacer nuestro curso», cuenta Hugo Suárez, para quien la iniciativa, si cuaja, «es buena para la escuela, pero también para el turismo de la ciudad», comenta el promotor de esta curiosa iniciativa que gana adeptos.