Oviedo, Lucía NOSTI

La crisis económica no ha podido ni con el espíritu de aventura ni con la creatividad. Ejemplo de ello es este matrimonio de Elche, que a pesar de haber superado la cincuentena, se lió la manta a la cabeza, compró una bicicleta tándem de segunda mano y con ella y una tienda de campaña se ha decidido a realizar la vuelta a España sobre dos ruedas. José Abad Pastor y Mari Carmen Chazarra Martínez, son los dos aventureros que llegaron a Oviedo en una de sus paradas con el tándem.

El 5 de julio comenzaron su viaje desde Elche, donde a las siete de la mañana salieron de la ciudad rumbo a Cartagena, con el tándem y un pequeño carro que transportaba una tienda de campaña y un par de sacos de dormir. Llegaron a Cartagena y de allí cogieron rumbo hacia Almería. Después llegaron a Málaga, Sevilla, Mérida, Cáceres, Zamora, y Ourense. A mitad de camino de su particular vuelta por España se les estropeó el carro que iba unido al tándem y decidieron abandonarlo a su suerte y seguir, con menos peso, una ruta que no planean. «Viajamos como vivimos, a salto de mata», afirma Mari Carmen. «Después de Asturias iremos camino a Santander, después a Burgos y por último a Barcelona. Finalmente volveremos a casa». Les queda todavía un largo trayecto, pero el buen humor y la fuerza en las piernas no les falta.

Cuando José Abad decidió comprar el tándem, su mujer Mari Carmen ni siquiera sabía montar en bicicleta. Comenzaron haciendo pequeñas rutas por Elche, ciudad en la que nacieron y José se aventuró a realizar la Ruta del Cid. Su mujer le contestó que para qué quedarse tan cortos, que era mejor recorrer toda España con el tándem. En Elche comenzaron su viaje, que según apunta Mari Carmen, «debe servir para dar testimonio del afán de superación que tiene que estar presente en todo el mundo, y por supuesto también en las personas mayores».

Son una pareja atípica. Tienen dos escuelas de Tai-Jitsu en Elche, y vivieron meses con una tribu en Kenia. La experiencia no les dejó indiferentes y quisieron aportar su grano de arena. Allí construyeron una fábrica de ladrillos. «Ayudamos en todo lo que pudimos, tanto es así que volvimos a España con dos euros en el bolsillo». Cuando regresaron a Elche creyeron que aún no era suficiente, y entonces crearon la ONG de ayuda al desarrollo Tushirikiane, que en suajili significa «nos ayudamos mutuamente».

Con mucho esfuerzo pusieron la ONG en marcha, consiguiendo fondos económicos con galas benéficas. A una de ellas asistió, entre otros, Joaquín Muñiz, un ovetense que tiene el grado mayor en la disciplina de Tai-Jitsu, y la primera persona que visitó el matrimonio nada más llegar a Asturias. «Venimos a Oviedo en agradecimiento a Joaquín, que nos ayudó mucho en la jornada benéfica que impulsó nuestra ONG. Además estamos apoyando la candidatura de Oviedo 2016 como Capital europea de la Cultura».

Huyen de la ruta establecida y además no suelen visitar las estampas típicas. «Nos gusta disfrutar de los lugares parando en ellos, degustando la gastronomía y hablando con sus gentes. Cuando fuimos a Navia lo primero que hicimos fue parar en una panadería, teníamos tanta hambre que pedimos un bollu preñao que nos supo a pura gloria», comentaba Mari Carmen. Viajando con lo puesto, parando en cualquier parte, y evitando mirar las manecillas del reloj. Así han recorrido ya más de media España transportando principalmente su ilusión.

«Estamos aquí porque queremos apoyar la candidatura de Oviedo a Capital Europea de la Cultura»

«Lo primero que hicimos al llegar a Navia fue entrar en una panadería y comprar un bollu preñao»

Oviedo

Sus hijos no se sorprendieron cuando les anunciaron que iban a emprender el peculiar viaje en tándem por toda España. «Lo que les sorprende es que lo estemos consiguiendo», apunta José entre risas. Ellos siguen las aventuras del tándem desde Elche, donde tienen un mapa en el que cada día apuntan con una chincheta el lugar donde se encuentran sus padres. Así siguen su estela desde lejos, para no perderles la pista.

Y es que a este par de aventureros el viaje no les ha quitado fuerzas, sino que les ha servido para superarse cada día un poco más. «El recorrido que hemos hecho nos ha permitido ver muchas cosas, y hablar con mucha gente, que es lo más positivo de esta experiencia. Hemos dormido hasta en la puerta de una iglesia, en hamacas de las playas del sur, casi en cualquier lugar», explicaba José.

Cuando otros viajeros advierten su presencia en la bicicleta tándem se quedan sorprendidos. «Muchos nos dicen con admiración que les gustaría hacer lo mismo y yo siempre contesto que con fuerza de voluntad se consigue. Otras personas exclaman que ¡menudo disparate! Yo creo que todo es posible. El que se plantea un objetivo en la vida puede cumplirlo».