Oviedo, Lucía NOSTI

Pompas de jabón que se convierten en palomas blancas, malabarismos que desafían la ley de la gravedad y juegos de manos que hacen desaparecer multitud de artilugios. Pasen y vean porque llega a Asturias uno de los mejores prestidigitadores del mundo, el argentino Mirko Callaci. El mago será el protagonista de la tercera edición del Festival Internacional de Magia, que se celebra este fin de semana en Navia y en Llanes.

Callaci presenta su nuevo espectáculo, «Sfumato», que ofrece una función cargada de variedades. La «actuación dura una hora y media y en ella intento poner en práctica todos los trucos que he ido desarrollando con el paso de los años. Es una función para todo tipo de público», explica a LA NUEVA ESPAÑA el artista, que es campeón del mundo de magia y ha obtenido numerosos reconocimientos internacionales. «Gané el premio de magia con mi número de las pompas de jabón, que volveré a hacer en Asturias. He seleccionado partes que iré mezclando con actuaciones cómicas, ilusionismo y un baile que es una fusión entre flamenco y tango», relata.

Su primer contacto con este arte sucedió tras caer una caja de magia en sus manos, cuando tenía 8 años. Pero su verdadera vocación comienza cuando conoce a un vendedor de artículos de magia: «Poco a poco fui comprando todos los objetos que vendía, con los que me inicié en el mundo de la magia. Cuando ya no quedaba ninguno le pregunté: "¿Y ahora qué hago?". Me recomendó buscar información sobre la profesión en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, aunque allí no había apenas libros sobre ilusionismo. Entonces encontré un anuncio en las páginas amarillas que anunciaba una escuela. Conseguí ingresar tras hacer unas pruebas y, desde entonces, no he dejado de hacer trucos», cuenta Callaci.

Y es que este hechicero apuesta por la magia como forma de vida y en sus números la ilusión desplaza a la realidad en un abrir y cerrar de ojos: «Yo no soy un mago al uso, soy el antimago. No saco conejos de la chistera», comenta entre risas y añade: «Intento crear algo que el espectador no sabe que existe en ese instante y en ese preciso lugar».

Como un camaleón, este mago explora distintas ramas de la magia, manipulando cartas, actuando como mentalista y, si es necesario, levitando sobre el escenario ante la atónita mirada de los presentes.