La Arena/ El Castillo,

Ignacio PULIDO

El Nalón no es el Amazonas y en sus aguas no tiene lugar la «pororoca», o lo que es lo mismo, ese fuerte oleaje que recorre aguas arriba durante kilómetros el curso del río sudamericano. Sin embargo, ésta no es razón para impedir que en su ría sea posible practicar una ancestral modalidad de surf que actualmente goza de una época dorada: el «paddle». Desde hace dos años, la escuela de surf Rompiente Norte, con base en San Juan de la Arena, ofrece a sus alumnos la posibilidad de aprender esta técnica, caracterizada por el empleo de un remo para propulsar la tabla. Los que ya lo han probado señalan que el «paddle» permite establecer un estrecho vínculo con la naturaleza.

El «paddle surf» es una variante que originariamente era practicada por los reyes de Hawai. En la actualidad, tras décadas relegada a un segundo plano, goza de una gran difusión y se ha convertido en un deporte de moda en lugares como Florida (EE UU). «En su costa hay un serio problema, puesto que hay zonas donde la cantidad de personas que practican "paddle" es ingente. Es el ejercicio de moda para muchos famosos, como ejemplo Mariah Carey, Matthew McConaughey, Pierce Brosnan o Lewis Hamilton», comenta Fernando García, integrante de Rompiente Norte. Supuestamente, una hora de práctica de «paddle» equivale a dos horas de aeróbic. «Se trabaja constantemente el tren inferior y el superior», precisa Ángel Fernández Palomares, «Lucas», director de la escuela de surf arenesca.

Rompiente Norte es la única escuela de la zona central del Principado que ofrece la posibilidad de aprender esta modalidad. «El curso consiste en dos clases de cuatro horas. Se parte de la base, explicando las condiciones, el medio y los movimientos básicos», subraya «Lucas», quien advierte de que la práctica del «paddle» en aguas tranquilas es accesible a todos los públicos. «Con las olas es complicado y la gente no se atreve. Hasta ahora, sólo damos paseos por la ría del Nalón», enfatiza. Y añade: «Estaría encantado de contar con gente para dar un curso en la playa».

Este fin de semana, seis alumnos recibieron su «bautizo» en aguas del bajo Nalón. Tomando como punto de partida a la rampa sita en las inmediaciones del antiguo restaurante «Gurugú» de La Arena, los recién estrenados iniciaron una travesía acompañados por «Lucas» y Fernando García. Las primeras remadas suelen ser complicadas y es difícil mantener el equilibrio sobre la tabla. «Ponerse de pie no es fácil. Asimismo, es necesario remar adecuadamente para evitar cargar innecesariamente los trapecios y la zona lumbar», comentan los profesores de Rompiente Norte. Una vez aprendida la «copla» el resto es dejarse llevar.

La travesía en tabla entre La Arena y el puente de La Portilla requiere aproximadamente una hora a un ritmo tranquilo. «Se debe de subir con una hora o treinta minutos de antelación, con respecto a la pleamar para aprovechar la bajada de la marea en el regreso», explica «Lucas». Por otra parte, es necesario ir buscando el abrigo de las corrientes y del viento. «La brisa suele frenarnos mucho en el tramo comprendido entre El Castillo y El Pico», recalca.

El paseo se realiza en medio de un paraje incomparable. «El "paddle" te permite disfrutar de la ría. Es guapísimo. Incluso ves a los peces saltar. Te sientes en plena naturaleza», afirma el castrillonense José Manuel Hevia. «Cualquiera se puede animar. Simplemente hay que tener ganas», matiza el madrileño Rafa Fernández, uno de los iniciados estos días por los profesores de Rompiente Norte, al igual que Laya Chacón, una joven barcelonesa que se subió a la tabla apenas una hora después de aterrizar su vuelo en el aeropuerto de Santiago del Monte.

La intención de Rompiente Norte es promocionar este nuevo y atractivo deporte acuático. «El año que viene trataremos de trabajar conjuntamente con el centro de interpretación Puerta del Mar. Ellos explicarán a los visitantes todo lo referente a la historia y el entorno de la ría y nosotros trataremos de organizar paseos en tabla por el Nalón, para mostrar sobre el terreno todo lo que esconde este río», concluyen «Lucas» y Fernando García.

La técnica consiste en impulsar la tabla de surf con un remo y, en aguas tranquilas, resulta accesible para todos los públicos