Gijón, Pablo TUÑÓN

Cuatro ruedas, un chasis y unos cuantos circuitos y cables correctamente dispuestos dan para mucho. Y para comprobarlo no hay nada mejor que asistir a un campeonato de robótica, como el que tuvo lugar ayer en el campus de Gijón organizado por la Universidad de Oviedo. Allí robots venidos de toda España se persiguieron, embistieron y trataron de completar un circuito entre aplausos de muchos entusiastas de la robótica.

Más de 10 horas de viaje en coche hizo Xavier Puigmal para probar su creación en la competición de Gijón. «Ya estuve compitiendo en Bilbao, Alcalá y Alcobendas. Ahora tocaba aquí», explicaba este electricista de Camprodon (Gerona), que viajó junto con su novia. «Hemos aprovechado para visitar Asturias un par de días», señalaba. Ayer llegó el momento de probar su robot, Smith, que consiguió quedar cuarto en la prueba de sumo, en la que gana el dispositivo que eche al contrincante de un tatami circular. «Esperaba algo más, porque esa prueba ya la gané en otros dos sitios, pero tengo que hacerle mejoras a Smith», señalaba Puigmal.

Más éxito tuvieron los robots de la escudería D.P. E. Bots, formada por cuatro amigos procedentes de Madrid. «Estamos muy contentos. No esperábamos ganar tanto, porque sabíamos que este año venía mucha competencia, ya que todos nos conocemos de otros concursos», señalaba Joaquín Marcos Velarde, miembro de este grupo, cuyo equipo de robots, Quinibot, se alzó campeón en las pruebas de rastreadores y velocistas, y quedó tercero en la de sumo, disciplina en la que venció su compañera de escudería Lara García con Larabot. «Somos amigos porque hicimos un módulo de Desarrollo de Productos Electrónicos en San Blas (Madrid)», explicaba Velarde.

La prueba de rastreadores consiste en conseguir que el dispositivo se oriente en un circuito. La de velocistas, en la que dos robots dan vueltas y gana el que alcance al contrario, tuvo también sabor vasco, al quedar segundo el bilbaíno Adolfo García con su Deustobot. «Este hobby requiere muchísimas horas de trabajo, hasta cinco al día en el último mes», proclamaba García -que estudia Ingeniería Técnica Industrial en la Universidad de Deusto-, que corre con los gastos de su creación.

«El problema de los robots es que hay que pedir casi todos los componentes a Estados Unidos, lo que encarece esta afición», aseguraba Francisco Simón, uno de los gijoneses que compitieron en casa. Su Pakito 2.0 se alzó con uno de los dos premios de diseño, el otro fue a parar a Tanisbot, de Coslada. Ambos estuvieron dotados de 50 euros, mientras que los campeones cada una de las tres pruebas se llevaron 400 euros.

Ésta fue la tercera edición del Campeonato de robótica de la Universidad de Oviedo (CRUE), y batió récord de participantes. «Estamos muy contentos por el éxito que ha tenido, con 36 participantes en 16 equipos», afirmó Juan Ángel Martínez, director del departamento de Ingeniería Eléctrica. El CRUE promete nuevas ediciones y, dado su éxito, el nivel será cada vez más alto.

Los ganadores de cada prueba se llevaron 400 euros, y las dos creaciones premiadas por su diseño, 50 euros