Para aguantar tanta fiesta, las casetas se construyen «a prueba de bomba». De entre todas, las premiadas este año fueron la de la peña «El Razcañeiro», que por tercer año consecutivo se alzó con «El Cuervón». La de la peña «Ka+utra» que se llevó «El Cuervo», y por último la de «Los Chambones» que lució con orgullo en su fachada principal «El Cuervín». «En esta casa tradicional hay un chigre con 800 botellas de sidra», explica Dani Blanco, uno de los barman de la peña «Ka+utra».

No sólo las casetas se engalanan en el Xiringüelu, el look que luce la mayoría de jóvenes marca tendencia en la polvorienta pasarela del prado por la que también desfilaron el Míster y la Miss de este año, José Ramón Menéndez, «Pepo», y Verónica González. «El short, la camiseta de tirantes, las gafas de sol y el abanico no pueden faltar», comentan Inés González y María Montes, de San Juan de la Arena, mientras lucen palmito en un sofá.

A pesar de los esfuerzos por aguantar el tipo en el Xiringüelu hay quien no se lo piensa dos veces y se remoja entre botellas de sidra en la nevera de su caseta. Es el caso de Pablo González, de Grado, de la peña «El Espantayu» de San Román de Candamo. «Ahora toi mui fresquín», reconoce el moscón tras el chapuzón mientras pide seguir mojándose, esta vez por dentro. Deseo concedido. Y es que ya lo dice el eslogan de la peña «Los Dinosaurios» de Soto del Barco: «No seas canalla y échame un culín». Si sólo fuese uno...