Cangas del Narcea, Sara ARIAS

Miles de personas abarrotaron las calles y cada esquina de Cangas del Narcea para disfrutar de su célebre Descarga. El calor se hizo más soportable con las caipiriñas, la sidra y demás bebidas que «vuelan» por la fiesta. Hubo gente de todas partes; esta fiesta atrae a numeroso público, como es el caso de Álvaro Soares, un portugués que, aunque ya sabe lo que es la «descarga», afirma que «la emoción de sentir los voladores y el ruido me pone los pelos de punta, es una experiencia única».

Algunos de los tiradores y apurridores apagaban la sed con refrescos en la plaza del Ayuntamiento, antes de iniciar la «descarga». Antonio Álvarez, recién estrenado en la noche del domingo como apurridor de la peña La Amistad, volvió a repetir en el día más importante de las fiestas, «da mucho respeto, pero mi compañero tira muy tranquilo y eso ayuda, da sensación de seguridad», afirmó. El tirador Milio Morrosco estaba muy concentrado en los momentos previos y es que «esto es lo máximo, único y especial», explicó.

Los minutos antes de la «descarga» fueron desde luego los más tensos de la jornada. Podía apreciarse en los rostros del público, que tenían la mirada puesta en el Prau Molín, esperando por la presencia de la Virgen. «Pasas del miedo y la tensión a una sensación de liberación», declaró Rubén Díaz, de la peña La Carcasa. Emocionados y con nervios porque «llevamos esperando todo el año y en el momento se sienten muchas cosas a la vez, muchos recuerdos», dijo Raúl Valle, también de La Carcasa.

Muchos jóvenes de toda Asturias llegaron ayer hasta Cangas para festejar el Carmen. Como es el caso de la ovetense Andrea Gutiérrez, que ya es veterana en la Descarga, «la primera impresión es increíble, te quedas entregado», opina. Según la joven, ayer fue un día de «pólvora asgaya hasta que me temblaron las patas». Cangas estaba ayer por los aires. Y es que el localidad asturiana suma a sus clásicas y grandes peñas (las que cada año ponen la guinda a este gran festejo) un sinfín de visitantes que propagan el arte pirotécnico que aquí se hace cada mes de julio para celebrar a su fiesta: el Carmen.