Esta información ha sido elaborada por: Selene Alonso (Gijón), Laura G. Ortiz (Avilés), P. MARTÍNEZ (Ribadesella) y A. M. SERRANO (Luarca)

Tras semanas de tiempo inestable llegó ayer un buen día para tirar de bañador. La respuesta al sol fue inmediata, ya que desde primera hora se poblaron las carreteras de vehículo en busca de arenales. Las playas acogieron a miles de bañistas que, en la mayoría de casos, estuvieron desde primera hora del día.

Los equipos de salvamento de Gijón vivieron uno de los días más activos del verano con las 52.000 personas abarrotaron los arenales del concejo. En San Lorenzo se presentaron, aproximadamente, 30.000 bañistas ,12.000 en Poniente y unos 8.000 en El Arbeyal. Unas cifras que dan fe del día de sol que ayer cubrió el cielo asturiano.

Lo mismo ocurrió en la playa de San Juan en Castrillón, que se llenó de sombrillas y de bañistas con ganas de disfrutar de un día tan soleado. «Hay que aprovechar, tenemos pensado quedarnos todo el día», explicó Andrés Suero al salir del agua. Bañarse, jugar a las palas o simplemente tomar el sol. Todo vale siempre que el «mal tiempo asturiano» esté de vacaciones.

En Luarca la playa es uno de los atractivos de la villa en verano e invierno. Este año, el retraso de la llegada del buen tiempo ha generado «mucho aburriendo» entre sus asiduos. La playa de Salinas, o la «tercera» como la llaman en Luarca, es un lugar privilegiado y elegido todos los veranos por el grupo de amigos de Javier González. Ayer, «van dos días a ver cuánto duran», pudieron disfrutar del sol, de la arena, de los baños y de la tumbona. «Nos encanta la playa y solemos venir con buen o mal tiempo, pero sin sol ni temperatura agradable no es lo mismo», dice Rodrigo Casteleiro. El mes de julio no dio buenas noticias en lo que a temperaturas agradables se refiere. Tampoco se pudo ver mucho a «Lorenzo» «y sin playa, parece que no sabes qué hacer en verano, es la prioridad», sentencia Francisco Villar y ayer era el día.

En el arenal riosellano de Santa Marina había muchos grupos de fieles, de los que se plantan por la mañana con el bocata y están hasta última hora de la tarde. En el caso de Bárbara Álvarez y su pandilla, venidos de Arriondas y Ribadesella, la de ayer era su segunda jornada de playa en lo que va de verano. La primera había sido el lunes, cuando permanecieron en la playa ocho horas.