Ribadesella / Santander,

Patricia MARTÍNEZ

Miguel Ángel Revilla ha sido presidente de Cantabria entre 2003 y 2011. Es el secretario general del Partido Regionalista de Cantabria y mañana dará el pregón en Arriondas antes de la salida del 76.º Descenso Internacional del Sella.

-¿Soñó alguna vez con ser pregonero del Sella?

-Pues sí. Voy desde hace siete años y hace tres o cuatro estaba viendo al pregonero y me decía «qué ilusión me haría un día echar un mitin delante de tanta gente, ya me gustaría a mí estar en este lugar», sin imaginármelo ni sospechar que un día me fueran a llamar.

-¿Qué significa para usted dar este pregón?

-Es para mí, por mil razones, lo que más me puede apetecer de todo lo que en esta vida me han ofrecido. He sido pregonero de muchas ciudades, en Asturias tengo muchos títulos, pero el Sella para mí es el espectáculo más grandioso de participación ciudadana de todos los que hay en España. Una involucración en un festejo que mezcla lo lúdico con lo deportivo, se monta un tinglado que desplaza a medio millón de personas hacia el río y hay una maravillosa convivencia. El año que falte al Sella será porque estoy en Valdecilla, o porque estoy en Ciriego, que es el cementerio de aquí. Iré hasta que me muera.

-¿Se ceñirá a los versos escritos por Dionisio de la Huerta?

-No quiero alarmar a los organizadores, pero en mi vida he leído nada, difícil será que no se me escape algo, tienen que contar con ello. Algo diré, si no, no sería Revilla, para eso que lo pongan en una cinta magnetofónica. En esta ocasión saldré un poquitín del guion, un poco nada más.

-¿Ha bajado el Sella en canoa?

-En canoa no, habrá que hacerlo también un día. Algo de remar sé, pero las palas son otra cosa. Que me entrene Julio Martínez y bajo con él. Este año me ha dicho que va muy preparado, aviso. Si soy el pregonero y gana él, vengo para acá y me quito diez años de encima.

-¿Tiene preparados chaleco y montera?

-Sí, me lo dan en Parres. Yo siempre me lo he puesto, con la picona, el chaleco, el palo y esos collares tipo hawaiano. Cantaré el himno de Asturias con la mismísima voz de Plácido Domingo, ya me acercaré al micro para que se oiga bien.

-Hay quien pide la recuperación del Descenso más tradicional, con más romería y menos «botellón», ¿qué opina?

-Ahí me apunto, porque habría que aprovechar. No podemos perder las raíces y costumbres, que se copie de los premios «Príncipe de Asturias», con los gaiteros y todo el folclore regional que se respira en Oviedo. Habría que aprovechar para fomentar esa cultura que algunos llaman cultura rural, pero es la cultura con mayúsculas. La auténtica de generaciones que no podemos permitir que se pierda.

-¿Ha preparado algún ritual o gesto de la suerte para empujar a Julio Martínez hacia la que sería su duodécima victoria?

-Los siete años que he ido comí con él y su familia en Casa Tista en Toriellu, a las cuatro que es cuando llega. Este año supongo que tendré que cumplir un protocolo, porque el pregonero tiene un papel relevante. Hago lo que me digan, como si me tengo que quedar hasta las doce de la noche.