Arriondas / Ribadesella, Alicia RODRÍGUEZ

El Descenso Internacional del Sella atrae cada año a cientos de jóvenes que se desplazan a Arriondas o a Ribadesella para disfrutar no sólo del deporte, sino de la fiesta asociada a las Piraguas. Y pese a que, año tras año, los niveles de ocupación hotelera durante estas fechas se mantienen al cien por ciento, la crisis se deja notar en las consumiciones. «El año pasado ya se consumía menos, pero este año el descenso es aún mayor, casi todos los que se hospedan son jóvenes y procuran gastar lo mínimo», lamenta Fernando Fondón, propietario del hostal Café Español de Arriondas.

«Todos los años hay muchísima gente, pero el año pasado estaba más lleno por estas fechas», apunta Walter Bouzán, ganador de la prueba del año pasado junto a Álvaro Fernández Fiuza. «Eso sí», matiza, «este año tenían previsto abrir la zona de acampada el jueves por la mañana, pero tuvieron que abrirla el miércoles porque había gente desde el martes esperando fuera y durmiendo a la intemperie». Quizá se deba a que el precio del camping es de 20 euros por persona hasta el domingo, así que muchos intentan llegar cuanto antes para amortizar al máximo el dinero.

La experiencia debe resultar muy positiva para la mayoría de los campistas, porque los más madrugadores son veteranos. Es el caso de Javier Plaza, que lleva acercándose a Ribadesella cuatro años consecutivos. «Te lo pasas muy bien, hay muy buen ambiente», afirma. Más allá de la cita deportiva, Plaza reconoce que el motivo principal de la acampada es la fiesta que rodea al Descenso. «Aunque venimos principalmente por eso, queremos bajar el Sella el sábado por la tarde, pero si llueve nos lo pensaremos», bromea.

Unos llegan más preparados que otros, como Abel Cidón, de Oviedo, que con su pandilla ha traído incluso su propia parrilla. «Es el segundo año que vengo y así ahorramos dinero para no tener que comprar comida», explica. Otra de las preparadas es Anne Pelayo, de Bilbao, que cumple ya su tercer Descenso. «La primera vez que vinimos trajimos sólo las tiendas de campaña, ahora ya venimos preparadas con toldo y mesas, aunque somos menos porque este año el Descenso coincide con un festival en Castellón», apunta.

Para cargar las pilas, el «Piraguón»

En el camping playa Los Sauces de Ribadesella tienen claro que la fiesta necesita grandes dosis de energía. Por eso este año, y coincidiendo con la 76.ª edición del Descenso Internacional del Sella, han querido premiar la fidelidad de sus clientes con un bocadillo muy especial, el «Piraguón». Una barra de pan en forma de piragua, tipo hogaza, horneada y cargada de buen alimento. Una mitad lleva picadillo y huevos fritos y la otra, una «fondue» con cabrales. En la imagen, los salmantinos Alba Pérez y Ricardo Cuesta hincan el diente al «Piraguón», informa P. M.