Luanco, Carlos HERAS

Los actores Natalia Millán, Alberto Vázquez y Marta Valverde se conocieron haciendo unas pruebas para el musical «My fair lady». «Desde entonces somos muy amigos y nos queremos mucho», afirma Millán. La complicidad se les nota. No paran de bromear mientras toman un café con César Belda, su director musical, junto a la playa luanquina de la Ribera.

Ayer representaron en la Torre del Reloj de Luanco su producción «Hacemos un trío», una obra plagada de referencias a la historia de los musicales y sus escenarios más emblemáticos en Madrid, que sale de sale de la capital por primera vez. «La obra es un musical sobre nuestras historias y trayectorias personales y un homenaje a los grandes musicales en los que hemos participado y en los que nos hemos quedado con las ganas», explica Alberto Vázquez. Considera que su nuevo trabajo, estrenado el 20 de mayo en el Nuevo Teatro Alcalá, «es sobre todo un canto a la amistad y a la profesión». «Son también historias de nuestra vida, de cómo tomamos la decisión de ser artistas», añade Valverde, recordando aquellos momentos en los que era difícil formarse en canto, interpretación y danza a la vez. «Nos ha ido bien pero ha habido momentos duros», sentencia.

Explican que el musical, de casi dos horas de duración, está pensado en clave de humor. «Yo me río y me emociono. Lloramos entre nosotros en la función», confiesa Marta Velarde. «Hacemos un trío» surgió cuando la vida volvió a juntar a los tres actores. «Recordábamos, hablábamos muchas cosas, queríamos algo propio para hablar sobre nosotros», relata Vázquez. La suerte, dicen, hizo que coincidieran con César Belda y el guionista y libretista Zenón Rekalde. Juntos han hecho realidad este trío.

Musicar sus trayectorias fue, según Belda, «fácil y complicado a la vez». «Las canciones salían solas», explica, «pero hay varios tercetos, y conjugar eso con el coreógrafo, Raúl Cassinerio y el director Rakalde fue lo complicado». Ensayaron el espectáculo desde enero hasta el estreno, con los parones que imponen otros compromisos profesionales. «Tenemos material para hacer otra función», advierten. Tienen actuaciones por toda España hasta, al menos, mayo. Lo compaginarán con otros compromisos.

«Hacemos un trío» es una obra muy personal. «No lo podrían hacer otros actores», afirma Millán. «Es un espectáculo desnudo», en el que pretenden «contar sin tapujos lo que no se ve, cómo vivimos la experiencia teatral». Sin grandes pirotecnias. Un espectáculo que, para Vázquez, «es entrañable porque es sincero, es lo que hay». Una última frase que se repite durante la función, que anoche, sin cambios de escenografía (pero sí muchos de vestuario), a pie de calle, estuvo más cerca del público que nunca.