"Escribo rápido, unas diez páginas cada día. Y en tres meses termino una novela". Sarah Lark no tiene una receta para explicar su éxito. Simplemente presume de un talento innato, -"el único que tengo", sonríe-, que le ha permitido escribir grandes obras como la serie "Trilogía de los maoríes" o la "Trilogía Kauri", ambientados en Nueva Zelanda; o la serie del Caribe formada por "La isla de las mil fuentes" y "Las olas del destino".

Ayer visitó la "Semana negra" en Gijón. Con más de dos millones de lectores en todo el mundo, Sarah Lark se ha especializado en la novela histórica. "El escritor tiene que utilizar la imaginación, pero no demasiado", afirma. Pero ayer reconoció en Gijón que le gustaría abordar otros géneros: "Querría hacer novela negra o algo satírico, porque en el pueblo donde vivo, en Mojácar (Almería), hay gente muy rara y muchos extranjeros muy locos.

Lark es una apasionada de los caballos. Son su fuente de inspiración. Le permiten encontrar la línea que seguirá para escribir cada día. "Por la mañana monto a caballo y pienso como va a seguir la historia. Y por la tarde me pongo en la oficina y escribo unas páginas más", señala.

En sus novelas de época se permite la licencia de introducir algunos matices de actualidad, pero sin perder la base histórica. "Hay muchos animales y también son protagonistas. Muchas veces piensas que en esa época un caballo solo servía como vehículo de transporte. Pero todos tenían una relación especial con sus caballos y sus perros y eso lo quiero transmitir", incide Lark.

En su despacho cuenta con dos ordenadores. Uno lo dedica a la escritura y otro a la documentación. Y el ambiente del que se rodea hace el resto. "Vivo en una finca con animales, con mis caballos, y no tengo que trabajar para encontrar mi estilo, funciona automáticamente. Hay una persona en mi cabeza que me cuenta la historia, y yo sólo la sigo. Si la historia está en una parte interesante trabajo una hora más porque quiero saber como va a continuar", reconoce.

Lark, cuyo nombre verdadero es Christiane Gohl, llegó a escribir más de 150 libros especializados en caballos por lo que fue reemplazado por Sarah Lark, a petición de los editores alemanes, por ser identificado el primero como "la mujer de los caballos". "Cuando escribes historias fantásticas, puedes construir un mundo como quieras, pero si se trata de novela histórica, tienen que desarrollarse en un plano determinado, no se puede cambiar la historia, tienen que adaptarte a los tiempos en los que se desarrollan. Y eso hace que el género sea difícil", recalcó.