Ponga es un concejo impresionante del interior del oriente asturiano. En cualquier época del año sorprende por su belleza, pero sobre todo en los meses de verano y aún más en el otoño, debido a su diversidad arbórea y su buen número de bosques. Entre algunos de sus pueblos con encanto se encuentra Sobrefoz, adonde se llega tras dejar atrás la capital del concejo, San Juan de Beleño.

En este caso, no sólo el punto de destino sino la carretera que hasta él conduce es una maravilla en cuanto al paisaje por el que transcurre. Es una muestra evidente de que el destino del viaje comienza en el mismo instante que se parte hacia el lugar elegido.

Unos tres kilómetros antes de llegar a Sobrefoz existe una desviación, a la izquierda, para ir al pueblo de Viego y al precioso bosque de Peloño. También existe otra desviación para ir a otro lugar singular, Ventaniella, aunque, eso sí, los últimos tres kilómetros, al ser de caleya, hay que hacerlos a pie.

Sobrefoz es un pueblín precioso, dividido en barrios, con sus casas apiñadas y sus calles estrechas que invitan a recorrerlo con calma. Hay alguna que otra casona solariega en los barrios de Yano y de La Aldea. También hay un número considerable de hórreos y paneras distribuidos en los barrios principales de Sobrefoz.

Entre algunas curiosidades, citar que en el barrio del Yano hay una casa que se levantó en 1793 con reloj de sol y una referencia a su propietario. La gran sorpresa está en La Aldea, donde se encuentra la casona llamada palacio de la Costaniella, que tiene un curioso trabajo en las maderas de la techumbre, concretamente, la representación de dos cuélebres, aunque uno de ellos ya está muy dañado y es difícilmente reconocible.