Carlos Río, ovetense a fincado en Noruega, ha entrado en la historia del deporte. O, al menos, de un pequeño deporte. Acaba de convertirse en ganador de la categoría de grandmasters del décimo Campeonato de Europa de disc-golf, celebrado en Ginebra entre el miércoles y el domingo. Fue un excelente debut para la selección española, que finalizó en noveno lugar, con 174 puntos, entre las 24 naciones contendientes, el más multitudinario hasta ahora. Otros conjuntos principiantes, como Rusia, no estrenaron el marcador.

Río, que competía con molestias en una pierna, se alzó sin problemas con el oro en grandmasters (entre 50 y 59 años) de este deporte que combina la mecánica de golf con el lanzamiento de discos, que deben entrar en unas canastas metálicas en el menor número de tiros posible. El profesional valoró su juego como "perfecto, me salió todo muy bien. La lesión te deja muy tocado mentalmente, no tienes el toque en la mano del plástico todos los días. Pasé el verano tratando de recuperarme porque nunca sabes lo que puede pasar en un torneo, si puedes ganar. Hice pocos fallos; gané con 13 lanzamientos, que es muy poco".

Junto a este ovetense, capitán de la selección española, competían Luis García del Moral (número 10 también en grandmasters) y otros dos asturianos: el también ovetense, afincado en Santiago de Compostela, Iván Gutiérrez de Terán (participante en la categoría open, abierta a cualquiera) y el benjamín, Carlos Fernández, de tan solo 15 años.

Gutiérrez de Terán narra que ha sido una "experiencia impresionante" que ha vivido "rodeado de la mejor gente en este deporte de toda Europa, aprendiendo constantemente". Reconoce que los resultados no han sido muy buenos, pero que ello se debe a que en España el disc-golf todavía es un deporte emergente, mientras que en los países del norte, sobre todo Finlandia, hay muchos más campos de entrenamiento y jugadores de élite. "El resultado es lo de menos, lo importante era compartir partidas con ellos y estar más motivados para seguir creciendo. Venimos con ganas de entrenar y de mejorar, todo lo que vimos lo queremos hacer", afirma el ovetense. Coincide con el Fernández, que certifica que el torneo, el primero grande para él fuera de España, "estuvo genial". El joven, que quiere llegar a ser profesional del disc-golf asegura que aprendió "técnica y a controlar los nervios".

El torneo se celebró en el parque Des Evaux Onex de la capital suiza, con la asistencia de centenares de personas y numerosos curiosos que se acercaron a ver el campeonato, en el que Asturias estuvo bien arropada y Finlandia ganó en cuatro de las seis categorías. "Se apreció muchísimo que España debutase, llevaban años preguntando por nosotros", dice Río, que asegura que el disc-golf en España es un "tren que no se puede parar. Cuando haya más campos, que es lo que queremos hacer, la climatología nos vendrá bien para entrenar". Ahora, los cuatro, más los amigos que han hecho en Ginebra, calientan motores para el campeonato de España que se celebrará en Oviedo el próximo septiembre.