A la playa hay que ir bien tapado, aunque el calor apriete. Y a ser posible, aliviado sexualmente para evitar posibles fantasías tórridas. Lo idóneo para evitar el pecado sería, no obstante, que los arenales y, mucho más las piscinas, fueran espacios diferenciados por sexos. Solo así se evitaría cualquier tentación, siempre según los carlistas de Avilés -Círculo Tradicionalista Pedro Menéndez- que han lanzado una campaña por las redes sociales alertando de que durante el verano "el demonio y la carne hacen mayor estrago en las almas". Las normas de decencia cristiana de las que se hacen eco datan de 1958, y no dejan indiferente a casi nadie. A las playas de nudistas o de perros se podrían unir ahora arenales para los más pudorosos.

Aconsejan los carlistas evitar los baños mixtos "que entrañan casi siempre ocasión próxima al pecado y de escándalo por muchas precauciones que se tomen". Eso en las playas, subrayan. En las piscinas la historia se complica: "Lo reducido del espacio y la aglomeración de personas hacen más próximo el peligro", precisan los carlistas avilesinos. De ahí,señalan, que solo puedan tolerarse las piscinas mixtas infantiles siempre y cuando los niños no hayan llegado al uso de razón. "Éstos no deben ser admitidos en las piscinas de mayores, de sexo distinto, por las imágenes que pueden quedarles para el día de mañana", recalcan. Otro problema del veraneo, considerado el "invierno de las almas" por este grupo avilesino que ha colgado su decálogo estival en Facebook.

La ropa es otro contratiempo para estos meses de estío. "En las piscinas para hombres solo puede tolerarse el simple bañador", apuntan. Aconsejan que estos sean de media pierna al menos, tipo "meyba". Para las mujeres dicen que el traje de baño debe ser tal que cubra el tronco "y con faldillas para fuera del agua". "En los baños mixtos, si de ningún modo se puede evitar, el traje de hombres y mujeres debe ser más modesto y emplearse solo para el agua cubriéndose al salir con el albornoz", puntualizan, y agregan: "Se debe evitar la convivencia en la playa y fuera de ella con estas prendas". El verano con este decálogo carlista se complica.

Los baños de sol tampoco deben ser pretexto para abusar del desnudo. Así lo creen los integrantes del Círculo Tradicionalista Pedro Menéndez de Avilés, que si ven algo realmente peligroso para esto de pecar son las excursiones campestres que incluyen parada a la vera de algún río, o estanque. "A los inconvenientes del baño público en general hay que añadir los que provienen de la frivolidad, ligereza y excesiva libertad de un día de excursión", concluyen los carlistas, que en todo momento hacen uso de las normas de decencia cristiana promulgadas en la década de los cincuenta por la Comisión Episcopal de Ortodoxia y Moralidad, las mismas que otrora decían, por ejemplo, que los bailes agarrados eran un serio peligro para la moral cristiana.

En la comarca avilesina, por el momento, las playas siguen siendo mixtas. Las hay también nudistas y existen propuestas para que en algunos arenales sean bien recibidos los perros; pero salvo los carlistas nadie ha hecho campaña para que habiliten playas libres de pecado.