Al mejor amigo del hombre también le gusta presumir. Los centro de peluquería canina cuentan con una gran demanda con la llegada del buen tiempo. En algunos locales de Oviedo, la clientela no es poca. Olalla González, trabajadora de un centro de cuidado para perros en la calle Santa Susana dice que el verano es la época más ajetreada del año. "En cuanto sale el sol, todo el mundo se vuelve loco y llama", afirma.

Cuando estos clientes peludos llegan a la peluquería, el primer paso es revisarles la piel, con el objetivo de comprobar que se encuentran libres de heridas o parásitos. A continuación, los especialistas llevan a cabo un proceso de higiene general, como puede ser limpieza de oídos, corte de uñas... Más tarde, se les cepilla y desenreda el pelaje para pasar a la bañera, donde se les enjabonan con productos específicos. Una vez están aseados, es momento del corte de pelo y el posterior secado. "Las razas de perros que más vienen son caniches", comenta González.

Maira Guerra, peluquera de otro establecimiento de Oviedo ubicado en la calle Joaquín Vaquero Palacios, incluye también a los yorkshires como clientes habituales. Su centro de trabajo no cuenta con servicio de guardería, como sí ocurre en otros. Pero en él, tampoco enjaulan a los canes. "Al contrario de lo que piensa la gente, los perros aquí andan sueltos, así es más probable que quieran volver", asegura la peluquera.

Los más coquetos no se conforman con un simple corte de pelo, los hay que buscan un peinado más elaborado. "Se llevan mucho el tipo "teddy" (peluche), este corte que mucho a los dueños", explica González. Otros estilos serían el continental y el thai japonés. El primero consiste en afeitar las patas y los cuartos traseros para dejar pompones en determinadas zonas del cuerpo de los animales, como la cabeza, la cola o en los tobillos.

Mientras que el corte estilo thai japonés se caracteriza por lucir el pelaje de las partas largo y el del resto del cuerpo cortos. "En general, un peinado ha de ser cómodo", afirma Vanesa Alonso, trabajadora de un establecimiento de peluquería canina y felina para mascotas en la calle González Besada, que además cuenta con spa para las mascotas.

Las peluquerías cuentan con algo más que tijeras y secadores. El "stripping" es una técnica que consiste en la renovación artificial de las capas de pelo. Este método es sólo específico para mascotas de vello duro, como los schnauzer o los terriers. Según Maira Guerra, es indoloro. Esta experta comenta que muchos dueños contemplan el proceso en persona. "El uso de máquina hace que el pelo pierda textura y color", expresa González.

Los felinos acuden en menor medida. Vanesa Alonso mantiene que la peluquería para gatos no se trata de un proceso más complicado, simplemente es diferente a lo que supone el peinado de perros. La demanda es mucho menor. "Tratar a un gato es más complicado, pero nunca usamos calmantes ni nada parecido", dice.

Los precios son muy variados, dependen de las exigencias de los dueños y del tamaño del animal. Pueden oscilar entre 20 y 60 euros. Pero, en algunos casos, incluso ascender a más de 100. El tiempo es otro factor que influye en la cuantía. En cuanto a los profesionales de peluquería canina, su formación se basa en cursos. Aunque muchos optan por aprender la profesión con la ayuda de peluqueros expertos.