La "Semana negra" da para muchas frases. No podía ser de otra manera: es el gran festival español de literatura de género, con una alta concentración de escritores por metro cuadrado. Lo mejor de la actual literatura centroamericana (el exvicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, y la poeta Gioconda Belli) ocupaba tan sólo, por ejemplo, una baldosa de la plaza Mayor de Gijón. Como es de esperar, de una cita así salen palabras con mucha miga. El mejor resumen de este encuentro multitudinario, popular y exquisito a la vez, lo hizo sin embargo Eliá Barceló en los andenes de la madrileña estación de Chamartín, pasadas las once de la mañana, antes de que el tren literario Alvia fletado para la ocasión tomara los rieles del Norte, hacia Asturias: "Es el comienzo de algo maravilloso".

Una semana de diez días, como ha quedado dicho, en la que los cerca de 160 escritores convocados y las casi 200 actividades programadas, son el meollo de un festival cuyos organizadores siguen describiendo como "crítico". El presupuesto mantiene la pauta del recorte de ediciones anteriores (600.000 euros). Y como en las veintisiete ediciones anteriores, no faltan las polémicas por el emplazamiento (el antiguo astillero de Naval Gijón), los horarios (este año se mantienen) o las socorridas escaramuzas en torno a una cita que suma cada verano el millón de visitantes. Lo dijeron ayer sus dos directores, Ángel de la Calle y José Luis Paraja. Al poco de hacer puntual entrada el Tren Negro en la estación de Gijón, con un apresurado Juan Madrid (un referente del policiaco español) al frente, el primero manifestó: "Agradecemos todo tipo de sugerencias sobre el mejor lugar para organizar este festival".

Y Paraja, en la posterior recepción oficial en el salón de las Consistoriales gijonesas. "Está en manos del Ayuntamiento que la 'Semana' continúe", subrayó, antes de cantar y contar la "leyenda" de un encuentro que engancha, a un lado y otro del Atlántico, a escritores de los más distintos géneros, no sólo de novela negra. También deslizó un retrato de la ciudad de acogida para que nadie esté desprevenido: "Los gijoneses somos acogedores, pero críticos y criticones con nosotros mismos".

La consejera de Cultura del Principado (en funciones), Ana González, que viajó en el Tren Negro, hizo la loa de la "Semana: "Es un lujo y una suerte; toda nuestra colaboración". Y también la nueva concejala gijonesa del ramo, Ana Montserrat López Moro: "Este festival es una parte indiscutible del verano gijonés". Un responsable municipal de Cultura acudió por primera vez en cuatro años a la recepción oficial de los escritores. El mayor certamen literario organizado en Asturias parece que no era del interés del anterior edil, el también forista Carlos Rubiera. Amplia presencia de la nueva Corporación: Ana Braña, José María Pérez, Lara Martínez, Mario Suárez del Fueyo, Aurelio Martín, Ana Castaño o José Fernández Sarasola. En una jornada de palabras, las menos amables se las llevó el secretario general del PSOE de Gijón, Santiago Martínez Argüelles, a quien representantes de varios colectivos asturianos movilizados abuchearon.

A quien se veía feliz ayer en su reencuentro con Asturias era a Sergio Ramírez. Alto, serio, amable y con una magnífica novela reciente, "Sara". "Supone siempre algo especial regresar a la tierra de Gaspar García Laviana, que para nosotros es un héroe". El cura guerrillero de la Güeria de Carrocera murió en combate, en Nicaragua, en 1978. Ambos eran del Frente Sandinista.