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Un debate que aún echa humo

Se sigue fumando casi lo mismo y la normativa sólo se cumple en algunos lugares. Son las principales conclusiones que los asturianos sacan más de cuatro años después de que la ley antitabaco entrase en vigor, después de que el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) a través de su Barómetro Sanitario, diera a conocer hace una semana que el Principado es la comunidad autónoma que mejor ha cumplido con las prohibiciones aprobadas en 2011, muy por encima de la media nacional.

La polémica norma aún enfrenta a muchos fumadores y no fumadores. Mientras sostiene un cigarrillo en la puerta de su pequeño comercio en el centro de Oviedo, Yolanda Vélez evidencia su descontento: "Hay que tener el máximo respeto tanto para los que fuman como para los que no. Últimamente nos tratan como apestados, hay un acoso y derribo constante. Me parece mucho más grave la gente que acaba borracha tirada por la calle".

La mayoría de fumadores aseguran resignados que la medida no ha cambiado sus hábitos, aunque reconocen que la norma se ha acatado a rajatabla en bares y restaurantes, donde ya no pueden fumar en su interior. "Se ha cumplido sin duda, aunque sigo consumiendo los mismos cigarros que antes", afirma Juan Caballero junto a la puerta de un bar. "Si la ley volviese a ser como antes, tampoco pasaba nada", añade. Como tantos aficionados al tabaco, José Manuel Rodríguez tiene que darle al pitillo durante su horario laboral en la puerta de su trabajo, aunque explica que "no he cambiado mis hábitos; en invierno la solución es una capa más de abrigo para la terraza".

Entre los no fumadores, la visión es bien distinta. En los locales cerrados, han dejado de convivir con el humo. "La ley se cumple y eso es positivo, el tabaco no deja de ser algo nocivo para la salud", expresa Rosa López. Los exfumadores suponen alrededor del 20 por ciento de la población asturiana.

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