Al actor madrileño Gabino Diego le gusta llegar unas tres horas antes al teatro el día de una función. Mañana y pasado estará en el Campoamor de Oviedo con la obra "Nuestras mujeres" y no le costará ser puntual, pues se desplazará desde Caravia, donde ha pasado unos días descansando y donde se hunden sus raíces familiares paternas. Porque e abuelo del conocido intérprete, Servando Diego, era natural del concejo e hijo de un emigrado de la Vega de Pas, en Cantabria; mientras que la familia de su madre es natural de Coro, en Villaviciosa.

El que fuera nombrado el verano pasado "Embajador de la sidra" en Siero asegura que con "Nuestras mujeres" le ha llegado "uno de los mejores papeles" que le han dado en el teatro. Y también "uno de los mejores textos" en mucho tiempo. Se trata de un "drama cómico" en el que interpreta a uno de los tres amigos que, reunidos para jugar una partida de cartas, se ven sacudidos por la confesión de uno de ellos, que dice haber matado a su mujer.

"La obra habla de la amistad de estos tres personajes", explica Diego, antes de avanzar que él encarna a un médico "que parece que lo tiene todo solucionado en la vida, pero luego la función da un giro". Sobre el escenario estarán, junto a él, Antonio Hortelano y Antonio Garrido, un trío masculino que, sin embargo, hará que las cuatro mujeres de su vida estén "en escena todo el rato, porque no se deja de hablar de ellas".

Gabino Diego acaba de grabar un capítulo de la serie televisiva "Águila Negra" (que se emitirá en septiembre) y, además, está inmerso en el rodaje de una película que Miguel Ángel Lamata dirige en Zaragoza y en la que también aparecen Eduardo Noriega, Amaya Salamanca y Michelle Jenner. Preguntado por si el teatro está siendo la "tabla de salvación" de quien, como él, procede del cine o, como a Hortelano, se le ha visto en televisión, responde que todos los actores de "Nuestras mujeres" han hecho "cine, televisión y teatro". "Lo que nos gusta a todos es actuar", subraya.

Claro que, como dice su amigo Félix Rotaeta, "el teatro es como una madre, que siempre te acoge". Y el acogimiento del Campoamor de Oviedo fue muy bueno cuando Diego llevó su espectáculo "Una noche con Gabino". Tanto que el actor asegura que es "un honor" para él "poder trabajar" sobre las tablas de la capital asturiana, una ciudad "que ha pisado Woody Allen", comenta el actor divertido.

Con el director de cine tiene Diego una simpática anécdota, de cuando su sobrino se lo cruzó en Nueva York y Allen declinó fotografiarse junto a él hasta que le anunció que eran de Oviedo. Entonces, el cineasta, enamorado confeso de la ciudad, sí accedió a hacerse una fotografía. No hasta ese punto, pero a Gabino Diego también le gusta preservar su intimidad y asegura que los días en Caravia son para estar tranquilo.

Rompe su retiro para pasear con sus perras "Rona" y "Ripa" y charlar sobre la profesión de actor o las cosas que le gusta hacer en Asturias. Además de quedarse en Caravia, al intérprete le gusta visitar los Picos de Europa y confiesa que últimamente es más "de montaña que de playa". Aunque también goza y mucho de los arenales de la región. Pero, más que en pleno verano, al madrileño le gusta escaparse en septiembre, cuando encuentra "una maravilla" de paisaje y paisanaje, dos temas que conoce muy bien.