La tarde fue calurosa y ventosa en Cangas del Narcea. Fue precisamente estos factores los que hicieron de la de ayer una de las "descargas" más fugaces de los últimos años, de apenas 4 minutos y 59 segundos. La pólvora corrió a toda velocidad provocando un espectáculo digno de la que es, por méritos propios, una de las citas imprescindibles del panorama festivo regional. Este 16 de julio de 2015 será recordado por ser la edición de la "descarga perfecta" en las fiestas de Nuestra Señora del Carmen.

El panorama meteorológico de la tarde ya apuntaba hacia un día para el recuerdo en la localidad del valle del Narcea, donde aparcar el coche era casi una utopía a las cinco de la tarde. El pueblo estaba a reventar. Las calles abarrotadas vivían los prolegómenos de la cita estrella en el calendario cangués con una mezcla de felicidad y nervios. Y, de la misma manera que corrió la pólvora durante la "descarga", lo hizo la sidra en los momentos previos. "Es increíble, estar presente no tiene comparación con verlo en vídeo", comentaba el sevillano Antonio Fernández.

En las inmediaciones del Prao del Molín, el ambiente era casi contenido. Las expectativas eran muy altas. No en vano, Juan Manuel Fernández, presidente de la Asociación de Artesanos que, año tras año, se encarga de la puesta a punto de los artificios explosivos, indicaba que la cantidad de proyectiles se había incrementado hasta los 7.500 (unos 500 más con respecto al año pasado). Se podía apreciar en las caras de los asistentes al espectáculo una mezcla de ilusión y temor por el desenlace.

A medida que la hora clave se acercaba, la tensión iba en aumento. Hubo enfado por parte de los miembros de la organización con la Guardia Civil, que comenzó a desalojar las zonas de peligro ligeramente tarde. A las ocho de la tarde, tras la misa en honor de las Bienhechoras y Camareras de Nuestra Señora del Carmen en la basílica de Santa María de Magdalena, la Virgen del Carmen inició su camino hacia el alto del puente romano de Entrambasaguas. La coronación del mismo, a las ocho y veintinueve minutos de la tarde, marcó el inicio de la descarga.

El presidente de la Asociación de Artesanos encendió el primer volador, al que siguieron durante casi 3 minutos los de los casi 700 tiradores y apurriadores repartidos alrededor de todo el recinto destinado a la "descarga". El olor a pólvora y una densa nube de humo se hicieron con el total protagonismo del momento, ante la el silencio y la atenta mirada de los miles de presentes. Tras los artefactos lanzados de manera manual, llegó el turno de las máquinas, repartidas por el Prao del Molín, El Fuejo, y Los Nogales (al otro lado del río). Calor y viento se unieron para hacer de esta fase un auténtico espectáculo. La traca final dio paso a los abrazos.

"Al hacer tanto calor, va todo muy rápido. Ha sido una maravilla, una descarga perfecta", decía Antonio Ochoa, miembro de la junta directiva de la Asociación de Artesanos. Mientras lo explicaba, recibía un mensaje en el grupo de whatsapp de la sociedad, que muestra perfectamente lo que significa esta fecha para todos los cangueses: "Feliz año nuevo a todos".