"Hagan lo que quieran, bailen, canten, abrácense y disfrútenlo". Pasaban sólo unos cuantos minutos de las diez de la noche y Alejandro Sanz, el cantante madrileño que lleva más de dos décadas regalando a la música española canciones de éxito, había dejado claras las normas de la noche. La de su recital en el Palacio de La Guía, ante cerca de 5.000 personas entregadas a la música de un profesional que firma cada disco que saca al mercado con récords de platino y que en Gijón presentaba su gira "Sirope".

Hacía calor en el recinto "y más que va a hacer todavía", prometía el ídolo de varias generaciones. Un Alejandro Sanz que se dejó llevar, desde los primeros compases de la velada, por la entrega que le demostraba el público. Casi le cantaron tanto a Sanz como Sanz a los asistentes; le lanzaron tantos piropos como hubo tiempo, y más fotos -con y sin palo de selfie- no pudieron hacerle. Era la noche de Sanz y se estaba disfrutando.

Con "El silencio de los cuervos" se abrió la caja musical y todo seguido, aunque siempre con guiños al público, fueron sonando "A mí no me importa", "No madura el Coco", "Desde cuando", "Quisiera ser", "Tú la necesitas" y "No me compares". Y entonces llegó el momento de la dedicatoria más especial para el artista. La que dedicó a "Fernando Astur" como se conocía en las redes sociales al avilesino Fernando Fernández, un incondicional de Alejandro Sanz tanto como lo era del Sporting. El asturiano falleció hace sólo unos meses tras años luchando con una enfermedad congénita del corazón.

"Lo más importante en su vida era su Sporting y las canciones de Alejandro Sanz", recordó el autor, que saludó desde el escenario con emoción a la familia del avilesino, presente en el recital. Lo hizo antes de proclamar un "puxa Sporting" que a Fernando le hubiera puesto los pelos de punta y que puso al público en estado de frenesí.

Dos horas de concierto y una veintena de temas, con un listado de éxito que incluyó, cómo no, "Corazón partío", "No es lo mismo", "Mi marciana", "Amiga", "Mi soledad", "Y si fuera ella"... sirvieron para dar por muy bien empleada la noche, aunque no fueran suficientes para saciar a los más entregados. Algunos de ellos llevaban horas de espera ante el Palacio de La Guía como para que nada les pareciera suficiente.

Incondicionales de Sanz eran quienes abarrotaron las primeras filas en el concierto de anoche, en la "zona Premium". Pese a que dichas entradas garantizaban ver la actuación desde un lugar privilegiado -fueron, según la organización, las que primero se vendieron y eso que tenían un coste de 100 euros- varios grupos de fans optaron por aguardar desde bien temprano ante las instalaciones de La Guía para poder elegir el mejor emplazamiento del recital.

"Más de cien" son las entradas de conciertos de Alejandro Sanz que atesora la bilbaína Berta Patiño, una de las tempraneras de ayer a la cola para acceder al Palacio. Llegó a las 7 de la mañana. Junto a ella se encontraban sus amigas, también grandes seguidoras del artista. La gaditana Paula Maximiano contaba entre risas que "tengo un vídeo cantando una canción de Alejandro con cinco años". "No me recuerdo sin ser fan suya".

A un paso hacía también cola la castrillonense Cristina Álvarez. Miembro desde hace dos años y medio del club oficial internacional denominado "La esencia de Sanz", aunque apostillaba que es seguidora del artista "desde siempre".

Para quien ayer era una noche de estreno era para la avilesina Carla Romero, que nunca había oído a a Alejandro Sanz en directo. Lo consiguió gracias a un regalo de su amiga Cristina Castellano por su mayoría de edad. Quizá por ese motivo, la joven se mostraba especialmente ilusionada porque su "cantante favorito" interpretara el tema "Amiga mía". Y tuvo regalo cumplido. La luarquesa Eva González, en cambio, esperaba con más ganas por el momento en el que Sanz interpretara "Aquello que me diste", "La música no se toca" o el gran éxito del madrileño "Corazón partío".

Por su parte, la vallisoletana Esther Espeso, llegó a las puertas del recinto gijonés en torno a las dos de la tarde tras viajar desde su ciudad expresamente para acudir al recital. "Soy fan desde que empezó, y eso que yo era una cría", rememoraba.

Poco más que un crío era también Alejandro Sanz cuando comenzó su carrera musical bajo el pseudónimo "Alejandro Magno". Fue en el año 1988, cuando el artista madrileño contaba con apenas veinte años y grabó el disco "Los chulos son pa' cuidarlos".

No fue hasta 1991 cuando Sanz publicó "Viviendo deprisa", su primer trabajo formado por temas compuestos únicamente por él y en el que predominaban las baladas románticas, frente al acid-house de su álbum debut. "Viviendo deprisa" fue el primer gran éxito de Sanz y a él pertenecen temas como "Pisando fuerte" o "Los dos cogidos de la mano", que sus fans siguen citando entre sus favoritos a día de hoy. Así lo hicieron ayer, mientras aguardaban a la apertura de puertas del Palacio de Deportes, las avilesinas Silvia Fernández y Mónica Rodríguez, que trabaron amistad en la peluquería en la que trabaja la primera y la segunda acude como clienta gracias a su gusto común por la música latina de Alejandro Sanz. Esta afición, en cambio, les venía a ambas de antes: Fernández acudió a un concierto del madrileño por primera vez en el año 1992 y, desde entonces, "no me he perdido ninguno de los que ha ofrecido en Asturias".

Si entre las fans había un aprecio unánime por la música del madrileño, no menos unánimes eran los elogios que le hacían tras su reciente incursión televisiva en "La voz". Un "talent show" en el que Alejandro Sanz demostró ante el gran público "su espontaneidad, normalidad y cercanía". Así lo contaban ayer la seguidora Cristina Álvarez. "Quienes le seguimos a todas partes ya sabíamos que era así de encantador, pero ahora todo el mundo se ha enterado", comentaba Álvarez. Por su parte, la joven Eva González no dudó en hablar de Sanz como "el mejor 'coach' que ha habido en 'La Voz', sin ninguna duda". En la misma línea se manifestó la joven pixueta Andrea Fernández. "Es muy simpático y en la televisión me encantó", decía Andrea, que ayer tuvo la oportunidad de vivir una actuación de su ídolo por primera vez ayer gracias a un regalo de cumpleaños de su novio, con quien disfrutó de la música de Sanz desde el espacio "Premium".

Ya fuera el primer recital o el décimo, ya fuera el regalo de un novio o el de una amiga, el ahorro propio o la suerte, pocos fueron los que salieron ayer del Palacio de Deportes de La Guía sin tararear una canción de Alejandro Sanz y sin confesar que habían disfrutado de un gran espectáculo.