El Xiringüelu, una de las fiestas más populares de Asturias, ya está aquí. El sol acompaña una jornada en la que la organización espera "entre 20.000 y 25.000 personas, que es mucho". Pravia ya hace días que se prepara para seguir dejando huella en el calendario festivo asturiano.

El prao de Salcéu recibe gente desde primera hora de la mañana para celebrar la que ya es la 35ª edición de la fiesta en su actual localización. Ya desde muy temprano, algunos desde las 10 de la mañana, los asistentes empezaron a escanciar la sidra sobre la hierba.

Como ya ocurriera en la pasada edición, cuando se creó la Cofradía del Xiringüelu para organizar la fiesta, los romeros están divididos en dos zonas: en la parte más grande, 131 parcelas con casetas, más algunos puestos familiares. Al fondo, con un escenario para actuaciones, un espacio habilitado para "botellón".

También siguen vigentes las normas que el año pasado generaron alguna polémica entre los peñistas, como no construir casetas de dos pisos, poner música amplificada o bañarse en el río Nalón a su paso por el prao de Salcéu . Desde la Cofradía del Xiringüelu, creen que han logrado que los vecinos disfruten de forma familiar de la jornada y que los visitantes repitan. "La fiesta creció mucho, pero hemos conseguido darle carácter familiar", explicaba a LA NUEVA ESPAÑA Alfonso Marcos, presidente de la Cofradía.

Tras una dura semana de "obras" en el prao, la fiesta luce impecable llena de las percualiares casetas que las peñas levantan con mucho esfuerzo y dedicación, y que cada año mejoran en presencia gracias a la competencia sana para hacer la mejor caseta. Todo listo para que la sidra y la fiesta sean los protagonistas de la jornada en Pravia.