Un pueblo entero volcado con el festejo se arremolinó en la ribera del río para presenciar la salida de las piraguas. Parecía que las orillas del río asturiano estaban a rebosar, sin embargo, el número de asistentes fue muy inferior a ediciones anteriores. Muchos fueron los que achacaban la falta de ambiente al desplazamiento de fechas del festival de música electrónica Aquasella, que años anteriores coincidieron ambos eventos. "He venido muchas veces, no hay tanta gente porque han quitado el , pero yo lo prefiero", comenta Javier García Alonso. "Aunque este año no esté tan lleno, sigue siendo una pasada. La gente que viene aquí es a pasarlo bien y nunca a liarla, hay muy pocos incidentes", comenta el parragués José Sánchez.