Algunas antiguas, otras más nuevas, con colores vivos o con colores clásicos. Elegantes las Vespas lucieron su envidiable estilo, mientras desfilaban por las calles del recinto de la Feria de Muestras, Luis Adaro. El rugir de los motores y el sol reflejado en los faros de los vehículos de dos ruedas sorprendió a los asistentes que ayer por la tarde paseaban tranquilamente y que, en un instante, se vieron envueltos en una marea de vespistas. El Club de Vespas de Asturias exhibió sus motos más pop por tercer año consecutivo en la entrada al recinto gijonés para mostrar el estilo de vida del fenómeno "vespista". El club con 50 años de historia a sus espaldas volvió a retomar su actividad ocho años atrás, según comentaba Alfonso Murciegos, presidente del Club de Vespas de Asturias. "Empezamos una decena de amigos y ahora somos 123 socios, el mayor de ellos tiene 67 años pero también hay chicos de veinte" afirmaba. La peña realiza actividades como la "Vespaniada", encuentro anual de vespistas y lambretteros, y rutas mensuales por todos los rincones de Asturias. "Siempre que vamos a algún pueblo, los mayores dicen: 'como esa tenía yo una' y narran historietas de cuando eran jóvenes", contaba el presidente vespista.

El desfile de ayer contó con una treintena de motos, donde se podían encontrar reliquias, como las Vespas de faro bajo del año 52, hasta otras más modernas de hace apenas cuatro años. Siempre respetando la estética antigua. Muchos de los vespistas heredan de su familia los vehículos, como es el caso de Jose María Fernández que relata cómo su moto era propiedad de su abuelo y luego de su padre, y que "hace 10 años la restauré, la pinté y le cambié el motor para poder disfrutar de ella".

Mientras los niños pedían a sus padres que les montaran en las Vespas y les sacaran una foto, David Rodríguez explicaba que tiene una hija de cuatro años a la que sube a la moto "para que se haga una idea de lo que le va a quedarde herencia". Los visitantes caracoleaban entre los retrovisores más retro cuando Rodríguez señalaba que a muchos les llaman la atención porque son modelos que "generan simpatía".

Como aseguran los vespistas, no hace falta más que montarse en una de estas motos para ver la vida de otra manera. "Es otro estilo de vida, con esto vas a una velocidad más tranquila, se huye de las prisas", "hacer una viaje montado en una de ellas es un lujo", comentaba Murciegos. Un encuentro en el que las Vespas, protagonistas del desfile, hicieron tanto a los mayores como a los pequeños sonreír y pasar la tarde de otra manera. Al estilo Vespa.