El parque de Bomberos de Asturias de La Morgal (Llanera) se convirtió ayer en un pequeño parque de atracciones para el medio centenar de niños saharauis, todos ellos participantes en el programa "Vacaciones en paz", que visitaron las instalaciones. Unos niños que llenaron las dependencias del parque con sus risas y sus bromas, y que terminaron la visita manejando las mangueras de los bomberos y refrescándose en un frenesí de agua y espuma.

Durante la visita, organizada por la concejalía de Bienestar Social, Cooperación e Igualdad del Ayuntamiento de Llanera, acompañaron a los niños saharauis tanto sus familias de acogida en Asturias como diversos representantes de la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui, que impulsa en la región el programa "Vacaciones en paz", y por diversos representantes del consistorio llanerense.

Nada más llegar, lo primero que visitaron los niños fue el parque de vehículos y los vestuario de los bomberos. Pero fue cuando les dejaron montar en algunos de los vehículos y activar las sirenas cuando comenzó la diversión.

Acto seguido, los niños se dirigieron al campo de entrenamiento de la unidad canina, donde Jesús Gómez y Juan Luis Vallina, con la colaboración del pastor alemán "Bosco", completaron una demostración sobre la educación de los perros y las tareas de rescate. Los chavales, boquiabiertos, aplaudían a rabiar cada vez que "Bosco" subía una escalera o atravesaba un conducto.

Pero lo mejor estaba por llegar. Al concluir la demostración, los chavales fueron dirigidos a un patio donde un grupo de bomberos les enseñó a utilizar las mangueras de agua y espuma. Aunque la idea era que los niños, todos entre 8 y 13 años, apuntasen a un coche aparcado en un campo de pruebas, no tardaron en "desviar" el tiro para apagar las ansias de sus compañeros, algunos de los cuales también aprovechaban para atravesar el refrescante chorro.

La visita concluyó con un almuerzo, aportación del Ayuntamiento de Llanera, y una visita a los helicópteros. Para los chavales, no obstante, lo mejor de la mañana habían sido la demostración de la unidad canina y el poder manejar las mangueras. "Los perros me gustan mucho", comentaba al salir Abdelfatá, de 13 años y con cinco veranos seguidos en Asturias. Tufé, de 12 años, destacaba la manguera y Ahmed, de 11, comentaba lo bien que se lo había pasado activando la sirena. Pero en lo que coincidían todos los rapaces era en que lo mejor de sus vacaciones asturianas es poder ir a la piscina.